«El sufrimiento no se negocia»

Sus humildes ropas contrastan con la suntuosidad de la residencia presidencial mexicana. Y casi cinco horas de tensa e intensa reunión con el presidente, Enrique Peña Nieto, no logran disipar ni la angustia ni la incertidumbre ni la incredulidad de los padres de los 43 estudiantes de Magisterio hechos desaparecer hace 33 días por policías y sicarios en el estado de Guerrero. Aunque le obligan a firmar un documento de compromisos, sus caras muestran a la salida la dureza del dolor y la tierra: «No confiamos en el trabajo del Estado mexicano. No confiamos en el Gobierno. No vamos a confiar en el trabajo del presidente».

Mientras se buscan los restos de los 43 tanto en el vertedero de basuras como en el río de Cocula, los padres dicen «sentir que están vivos» y «ya no están en esa zona de Iguala, tapizada de federales». Exigen un rediseño de la estrategia y piden: «No busquen en fosas ni basureros: los queremos vivos de vuelta en la escuela», la Normal de Ayotzinapa.

Peña anuncia la  creación de una «comisión mixta de seguimiento», asegura que la prioridad es dar con los estudiantes desaparecidos y promete: «Habremos de ir al final de las investigaciones, dar con los responsables y aplicar la ley tope donde tope». Habla por televisión, visiblemente cansado.

Un mes de agonía

Los padres lo critican aún más. Felipe de la Cruz dice: «Él ya anunció que ya llegó a acuerdos, que sale contento por el acercamiento. No se da cuenta, él o algunas personalidades políticas, de que el sufrimiento no se negocia, que las vidas humanas no tienen precio. Lo que nos interesa es reencontrarnos con nuestros hijos». Resume así más de un mes de agonía: «Son más de 30 días de sufrimiento, de infierno, de insomnio». Y añade: «De coraje, de ira». Epifanio Álvarez confirma: «Estamos ya muy desesperados. Nunca pensé vivirlo, es una pesadilla lo que estamos viviendo».

Los padres coinciden en que «la reunión con el presidente ha sido más de lo mismo» y que lo que quieren «son hechos, no palabras». Melitón Ortega recuerda «una historia de atropellos» y afirma que siguen «responsabilizando al Gobierno mexicano».

Al final, Felipe de la Cruz dice como portavoz de las familias: «Emplazamos al Gobierno a que pronto tenga respuesta. Si no, convocaremos a la sociedad a una jornada de exigencia nacional y en todo el mundo, porque este crimen es de lesa humanidad» .