El colegio electoral

Un sistema electoral peculiar

EEUU escoge presidente de forma indirecta y a través de un método único en el mundo

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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El llamado excepcionalismo norteamericano podría aplicarse perfectamente a su sistema electoral. Es único, peculiar, podría decirse incluso que enrevesado, pero a la vez fascinante y, si se mira con actitud generosa, hasta divertido de seguir. A continuación, una guía para neófitos con voluntad didáctica.

¿QUÉ VOTA EL ELECTOR?

Los ciudadanos no eligen directamente

Vaya por delante que el ciudadano no vota directamente a un candidato, sino a compromisarios, delegados o electores de su estado. Las tres acepciones valen. El número total de compromisarios es de 538, que equivalen a los 435 diputados de la Cámara de Representantes, los 100 senadores y los 3 delegados de Washington DC. Los compromisarios se distribuyen por los 50 estados y el conjunto de todo ellos forman el colegio electoral. Cuanto más poblado es un estado, más votos electorales dispone (cada compromisario, un voto). Por ejemplo, California es el estado con más votos electorales con un total de 55 porque, sencillamente, es en el que vive más gente. Un candidato necesita sumar 270 votos electorales para lograr la presidencia (la mitad más uno de los 538).

En la mayoría de estados se concede la totalidad de los votos electorales al candidato que obtiene la mayoría. Solo Nebraska y Maine distribuyen el voto electoral de forma proporcional. Por eso puede ocurrir que el candidato con más papeletas en las urnas no gane. Ha ocurrido en 4 ocasiones, la primera en 1824, con John Quincy Adams y Andrew Jackson, y la última en el año 2000, con George Bush y Al Gore.

¿QUIÉN PUEDE VOTAR?

Hay que inscribirse previamente

Todos los ciudadanos estadounidenses que hayan cumplido los 18 años. Para poder ejercer ese derecho deben inscribirse en un registro electoral y cumplir para ello los requisitos de residencia del estado. En la gran mayoría de los estados los electores se inscriben como demócratas, republicanos o independientes. Pero haberse registrado en un partido no obliga a votar en un sentido.

IDENTIFICACIÓN DEL VOTANTE

La gran polémica de estas elecciones

Este es, sin duda, el aspecto más controvertido del proceso electoral estadounidense y en particular en estos comicios. En EEUU no existe un DNI y cada estado decide qué tipo de identificación exige. En muchos estados basta la tarjeta de la Seguridad Social (sin foto individual). Con el argumento de evitar fraudes, los republicanos han promovido en esta última legislatura una ley que endurece la identificación (pedir un carnet de conducir, por ejemplo, en el que hay foto) y que han querido aplicar 28 estados. Los demócratas han tratado a toda costa de impugnar judicialmente la ley porque consideran que dificulta el sufragio de las capas bajas, minorías o jóvenes, más inclinados a votar por los demócratas. En Pensilvania, Tejas y Wisconsin, por citar tres, los jueces dieron la razón al Partido Demócrata y bloquearon la legislación.

¿SE PUEDE PEDIR RECUENTO?

Las autoridades del Estado mandan

Si el escrutinio es muy reñido, puede darse el caso de que el equipo del candidato perdedor pida un recuento. Como en EEUU no existe una comisión electoral a nivel federal, corresponde en primera instancia a las autoridades del Estado autorizarlo. Si la disputa persiste, el perdedor puede recurrir a los tribunales del Estado y, sucesivamente, elevar la impugnación en el escalafón judicial. No es habitual, pero eso mismo sucedió en el 2000. La disputa por Florida acabó en los pupitres del Tribunal Supremo de EEUU, que ratificó el triunfo de Bush sobre Gore.

¿Y SI HAY EMPATE?

El increíble tándem Romney-Biden

En el caso de que ningún candidato alcanzase los 270 votos electorales, o sea, hubiera un empate a 269, la decisión de elegir el tándem presidencial recaería en el Congreso. La Cámara de Representantes elegiría al presidente entre los candidatos. A cada delegación estatal le correspondería un voto. Al Senado le tocaría elegir al vicepresidente. Como todo apunta a que la configuración del Congreso no variará mucho, el empate ofrecería una Casa Blanca curiosa formada por Romney y Biden. Esta situación se ha producido dos veces. En 1801, Thomas Jefferson se alzó con la presidencia por este método. Lo mismo que John Quincy Adams en 1825.

¿HAY TRAICIONES?

Multas por no votar al candidato del partido

Se puede dar el caso de que el compromisario no vote después por el candidato de su partido. Hay 29 estados que piden lealtad a sus delegados y cinco estados prevén sanciones, que van de multas de mil dólares a condenas por delitos. Ha ocurrido 10 veces, pero nunca han modificado el resultado de una elección.

PRINCIPALES REFERENDOS

Aborto, marihuana, boda gay y eutanasia

Además de elegir entre Obama y Romney, congresistas y senadores, los estadounidenses tendrán que decidir además sobre asuntos dispares como subidas de impuestos, bodas gais, aborto, legalización de la marihuana o eutanasia. En total se someterán al dictado de las urnas 178 propuestas vinculantes repartidas en 38 estados.

Año tras año, políticos y ciudadanos aprovechan de forma recurrente la infraestructura que comporta una convocatoria electoral para organizar plebiscitos de impacto social. En esta ocasión, los votantes de California y Florida serán los que tengan que responder a más preguntas, 11 en cada caso, como el endurecimiento de penas para el tráfico ilegal de personas, la eliminación de la pena de muerte o la limitación del gasto público en el estado del oeste. En Florida se votará sobre la prohibición de emplear fondos estatales para financiar abortos, una reforma constitucional contra la discriminación religiosa, así como varias exenciones fiscales y una propuesta para impedir que se obligue a cualquier individuo o empresa a que obtenga un seguro médico.

Esa medida es similar a otras que irán en las papeletas de Alabama, Montana y Wyoming, y que se entienden como un intento de blindar los estados ante la reforma sanitaria de Obama. El derecho de dos personas del mismo sexo a pasar por el altar se someterá a juicio público en Maine, Maryland, Minnesota y Washington. Este último también decidirá si legaliza la marihuana, tanto su producción como distribución y consumo para mayores de 21 años.

En Montana se quiere endurecer la situación de los inmigrantes irregulares y negar el acceso a servicios públicos como becas, licencias o ayudas estatales a quienes carezcan de permiso para estar en el país, y obliga a notificar a las autoridades cuando se detecten a inmigrantes sin papeles. Los electores de Montana también elegirán si quieren endurecer las condiciones para el abortos, mientras que en Massachusetts se propone permitir la eutanasia.

El derecho a la caza y la pesca es materia electoral en Kentucky, Nebraska, Wyoming y Idaho; los casinos y la ley del juego pasarán por las urnas en Maryland, Oregón y Rhode Island; y los sueldos de los políticos en Alabama y Nebraska.

LA FECHA ELECTORAL

El martes después del primer lunes...

Las presidenciales de EEUU se celebran siempre el martes después del primer lunes de noviembre. Esta peregrina tradición tiene su origen en los años agrarios del país. A mediados del siglo XIX, noviembre era un buen mes para votar porque ya se había acabado la época de cosechas, aún no se había iniciado la siembra y se evitaban las nevadas de invierno, lo que podía dificultar en buena parte del país los desplazamientos para votar. Además, el martes era el día que tenía fijado de antemano el estado de Nueva York para celebrar sus elecciones. Y se consideró adecuado seguir el ejemplo de uno de los estados más grandes y poblados. Y así hasta hoy día, en el siglo XXI.