El 'show' de Trump

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Bienvenidos a la hora de lo que, en homenaje al recientemente fallecido sociólogo Zygmunt Bauman, bien podría acuñarse como la política líquidaDonald Trump ofreció este miércoles en Nueva York su primera rueda de prensa como presidente electo de Estados Unidos, cerca de 60 minutos de comparecencia que incluyeron insultos a la prensa, discusiones sobre el vigente fenómeno de las noticias falsasdeclaraciones grandilocuentes y anuncios políticosgestos teatralesaplausos y hasta participación de una abogada.

 En definitiva, un auténtico espectáculo digno de la televisión realidad en la que Trump participó 14 años y que, una vez más, confirma que con el triunfo en las urnas del magnate inmobiliario se han evaporado referentes sostenidos hasta ahora de qué es o qué puede considerarse presidencial. Y lo que viene, lo que ha llegado, es más incierto pero se plantea definitivamente como algo más volátil y precario.

Anunciada por el propio Trump en Twitter el 3 de enero, la comparecencia ante los medios fue la primera desde el 27 de julio. Esa espera ha hecho que se acumularan infinidad de preguntas para un futuro líder que ha estado haciendo política (y otras cosas) en buena parte a través de la red social, sobre cuya elección planea la sombra de actividades de espionaje supuestamente ordenadas directamente por Vladimir Putin para interferir en los comicios y favorecer su victoria y cuyo entramado empresarial crea interrogantes, si no sobre legalidad, al menos indudablemente sobre ética.

Si la lista no era ya larga de por sí se complicó aún más cuando el martes CNN informó de que los servicios de inteligencia estadounidenses habían informado a Trump sobre un dosier elaborado por una compañía privada en el que se alega que Rusia tiene material personal, financiero y político comprometedor sobre Trump. Poco después la web BuzzFeed hizo público ese dosier, cuya autenticidad no han verificado ni la inteligencia estadounidense ni los medios. Y la rueda de prensa estuvo, en buena parte, protagonizada por el enésimo escándalo de una presidencia que no ha comenzado.

Como ya había hecho en Twitter el martes, Trump denostó el dosier como “noticias falsas”e insitió en que lo que asegura su contenido “no ocurrió” (llegando a alegar su fobia a los gérmenes y su conciencia de la ubicuidad de las cámaras como argumentos que desmontan insinuaciones sobre sus supuestas actividades sexuales en un hotel de Moscú). El dirigente insultó o a BuzzFeed y a CNN (pese a que la cadena no publicó el polémico documento) y en un tenso enfrentamiento con uno de los reporteros de la televisión se negó a dejarle preguntar y le ordenó callar.

ENFRENTAMIENTO CON EL ESPIONAJE

Más relevante aún es que Trump intensificó el enfrentamiento que mantiene con la comunidad de inteligencia estadounidense a cuyo cargo estará a partir del día 20. Insinuó que las agencias de espionaje de EEUU han "permitido" que se "filtrara" el documento no verificado, algo que ha calificado de “desgracia.

En la rueda de prensa, no obstante, Trump admitió por primera vez que comparte la conclusión de la comunidad de espionaje de que Moscú estuvo detrás de los actos de ciberespionaje que marcaron la campaña electoral. “Sobre el pirateo, creo que fue Rusia”, ha llegado a declarar, aunque luego ha vuelto a dejar abierta la posibilidad de que otro país haya estado detrás de lo ocurrido y ha defendido que “que a Putin le guste Trump es un activo”. Y ha anunciado que en 90 días desde su llegada al Despacho Oval tendrá listo un informe sobre la ciberseguridad de EEUU, un terreno donde tiene opiniones como otra de las expresadas en la comparecencia: “el hacking . Creo que no se debe hacer”.

CONFLICTOS DE INTERESES

Otra parte importante del show en el abarrotado lobi de la Torre Trump show la ha centrado la parte dedicada a explicar cómo pretende evitar conflictos de intereses entre sus negocios y la presidencia (aunque ha recordado que la ley exime al ocupante de la Casa Blanca de limitaciones que afectan a otros cargos públicos). En una mesa junto al podio se han colocado montañas de carpetas con documentos. Y el grueso de las explicaciones de cómo las Organización Trump quedará en manos de Donald Jr. y Eric, sus dos hijos presentes en la sala, las ha dado Sheri Dillon, una de sus abogadas. Mientras, Trump se ha centrado en cosas como defender una vez más su inusual decisión de no hacer públicas sus declaraciones de impuestos, alegando que “a los únicos a quienes les importan es a los periodistas”.

El presidente electo ha aprovechado su rueda de prensa también para anunciar un nombramiento (el del Secretario de Veteranos), para atacar la reforma sanitaria de Obama (prometiendo de nuevo un esfuerzo coordinado con el Congreso para revocarla y reemplazarla), para insistir en que construirá el muro con México (y en que el vecino del sur “reembolsará” el coste) y para recordar que pronto nominará a un juez del Tribunal Supremo. Y cuando la comparecencia ha llegado a su fin, la ha cerrado haciendo una broma sobre el futuro que les espera a sus hijos si no llevan bien los negocios familiares. “Estás despedido”, ha dicho, recuperando la frase que le hizo famoso en su fase previa de televisión-realidad. Empieza una nueva.