desastre natural en el oeste de EEUU

La sequía alimenta un incendio "sin precedentes" en California

Incendio cerca de Spring Valley (California).

Incendio cerca de Spring Valley (California).

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Cuando el lunes Barack Obama anunció su histórico plan de lucha contra el cambio climático, se cuidó de atribuir directamente a ese fenómeno acontecimientos extremos, pero señaló realidades que los científicos, cuanto menos, vinculan al calentamiento global y la contaminación. Junto al ejemplo de tormentas más fuertes mencionó las sequías más profundas y las temporadas de incendios que se alargan. Bien podía haber hablado de California.

Asolado desde hace cuatro años por una feroz sequía que ha llevado al gobernador Jerry Brown a imponer por primera vez en la historia californiana restricciones en el consumo de agua, el estado arde. Literalmente. Brown ha declarado el estado de emergencia y 9.000 bomberos combaten al menos 22 fuegos activos, incluyendo el bautizado como Rocky que, a unos 200 kilómetros al norte de San Francisco, ha quemado ya más de 26.000 hectáreas, unos 260 kilómetros cuadrados.

Tras una semana activo y pese al trabajo de 3.000 bomberos, Rocky se ha saltado por sorpresa las líneas de contención y solo está controlado al 12%. Ha quemado ya 50 estructuras, incluyendo 24 casas, amenaza más de 6.000 más y ha forzado la orden de evacuación de más de 13.000 personas en tres condados.

SIN PRECEDENTES

La furia del incendio, cuyo origen aun se desconoce pero que pudo iniciarse por la descarga de rayos de una tormenta, ha sorprendido a bomberos y expertos, cuyos modelos para hacer previsiones de posibles recorridos de expansión no han servido de nada ante un fuego que está siendo alimentado por las condiciones extremadamente secas del terreno.

«Crece a un ritmo explosivo, la velocidad no tiene precedentes -ha dicho Daniel Berlant, portavoz del departamento estatal de Bosques y Protección contra incendios-. Ver un fuego arder así sin un factor significativo de viento es histórico».

Aunque el lunes y ayer las condiciones meteorológicas fueron favorables a los bomberos, las cosas son susceptibles de empeorar. En la previsión del tiempo hay anunciada de una tormenta, que podría llegar acompañada de rayos y fuertes vientos, con lo que Rocky podría cobrar aun más fuerza.

El incendio, además, está recorriendo un camino de vegetación extremadamente seca y el sábado llegó a quemar algo más de 80 kilómetros cuadrados en escasas cinco horas.

¿EL FUTURO?

El poder destructor de este incendio se ha multiplicado por la sequía y por eso Rocky es visto como un alarmante indicativo de lo que puede estar por llegar a una región sin agua. Un análisis aéreo realizado en abril por el Servicio Estadounidense de Bosques calculó que cinco millones de árboles han muerto en dos bosques nacionales, el de Sierra y el de Sequoia. El año pasado se habían contado solo 300.000.

El servicio de bomberos de California ha respondido este año de momento a 4.200 incendios, unos 1.500 más que los que se produjeron el año pasado.