EXPECTATIVAS DE CAMBIO EN ALEMANIA

La segunda más poderosa

Kraft, en una comparecencia en Berlín, al día siguiente de su victoria en Renania del Norte-Westfalia.

Kraft, en una comparecencia en Berlín, al día siguiente de su victoria en Renania del Norte-Westfalia.

J. M. FRAU / Berlín

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Hannelore Kraft es la segunda mujer más poderosa de Alemania, por detrás de la cancillera Angela Merkel. El pasado 13 de mayo, un mes antes de cumplir 51 años, logró una victoria mucho más contundente de lo que preveían los cálculos más optimistas del Partido Socialdemócrata (SPD) en el land de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado del país, con 18 millones de habitantes, y uno de los más prósperos.

La victoria de Kraft tuvo consecuencias inmediatas en el Gobierno de Merkel, ya que el candidato que había presentado el partido de la cancillera (CDU) era el ministro de Medio Ambiente del Gobierno federal, Norbert Rötgen, una apuesta personal de Merkel, y con un prometedor futuro en las filas conservadoras. El lunes siguiente al desastre electoral, la jefa del Gobierno alemán defendió a Rötgen y lo confirmó en su puesto al frente de Medio Ambiente, con sonrisas y apretón de manos. Sin embargo, horas después lo citó en la cancillería y lo destituyó, poco antes de celebrar su primer encuentro con el recién elegido presidente de Francia, François Hollande.

El prometedor futuro de Rötgen se había acabado. En cambio, la culpable de su final, Hannelore Kraft, iniciaba un despegue y un debate en el seno del SPD sobre quién debe ser el o la rival de Merkel en las elecciones generales de otoño del año que viene.

Pocos minutos después de saber que los primeros sondeos le daban un triunfo mayor de lo esperado, Kraft compareció ante sus seguidores, acompañada de su marido Udo y de su hijo Jan. Los militantes le vitoreaban «Hannelore, cancillera», pero ella insistía en que su trabajo está en Düsserldorf, capital del land que gobierna en coalición con Los Verdes.

Muchos la ven ya como futura candidata del SPD a la cancillería y la consideran la más peligrosa rival para Merkel. Nacida en Mülheim, en la orilla del Rhur, de familia humilde, se la considera cercana, una mujer del pueblo. Vive con su marido, su hijo, su madre y su perro en un chalet adosado del barrio donde nació. Su padre, conductor de tranvías ya fallecido, le inculcó la afición por el fútbol, que no ha abandonado. Suele acudir a los partidos de su equipo, el Borussia Mönchengladbach, con la bufanda verdinegra que distingue a sus seguidores.

El semanario Der Spiegel publicó la semana pasada una encuesta según la cual Kraft es más valorada que los tres teóricos candidatos del SPD: los miembros de la llamada troika formada por el portavoz parlamentario, Frank-Walter Stenmeier; el presidente del partido, Sigmar Gabriel, y el exministro de Hacienda Peer Steinbruck. Según la encuesta, solo el presidente de la República, Joachim Gauck, y Merkel están por delante de Kraft.

Indefinición

El SPD tiene previsto designar a la persona que disputará la cancillería a Merkel en enero del 2013, después de las elecciones del land de Baja Sajonia. Esta indefinición no ayuda al avance socialdemócrata, que, según la mayoría de sondeos, sigue anclado en el 31% o el 32% de los votos, entre 4 y 5 puntos de distancia de la CDU.

Mientras decide el nombre de su candidato, el SPD se consuela con la recuperación de la supremacía en número de afiliados, según datos publicados ayer por el diario bávaro Süddeutsche Zeitung. La diferencia -275 militantes más- es insignificante, comparada con la superioridad de apoyos con que históricamente ha contado el SPD con respecto a los cristianodemócratas. Un año después de la reunificación alemana, en 1990, el SPD superaba en más de 150.000 militantes al partido que ahora lidera Angela Merkel.