Sarkozy se lanza a la reconquista de la República

El lider conservador refunda su partido para desbancar al socialista Hollande

Nicolas Sarkozy, en el primer congreso de Los Republicanos, ayer.

Nicolas Sarkozy, en el primer congreso de Los Republicanos, ayer.

EVA CANTÓN / PARÍS

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Nicolas Sarkozy oficializó el sábado, durante la celebración del congreso de refundación de su familia política, que el nuevo nombre de Los Republicanos con el que a partir de ahora se conocerá a la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) conlleva toda una estrategia para recuperar el poder en las elecciones presidenciales del 2017.

A lo largo de un enérgico y vitoreado discurso con el que clausuró el cónclave, el expresidente francés vertebró los ejes que marcarán el camino a seguir por el partido, al que pretende poner en orden de batalla tras las luchas intestinas, los problemas financieros y los tropezones judiciales que han jalonado la historia de la antigua UMP desde que el socialista François Hollande les desalojó del Elíseo en el 2012. El propio Sarkozy está siendo investigado por una decena de casos de corrupción.

«Este es un día de refundación, un día de renovación, un día de renacimiento», comenzó diciendo Sarkozy en el París Event Center ante unas 20.000 personas, entre las que se encontraba su esposa, Carla Bruni. Además de mostrarse implacable con la izquierda francesa, a la que llegó a acusar de «traicionar» los valores republicanos, se empleó a fondo para defender el nuevo nombre del partido, cuestionado por quienes ven en la maniobra una mera «privatización» de un ideario republicano compartido por todos franceses, independientemente del sentido de su voto.

Valores tradicionales

Seremos los republicanos a pesar de ellos. Lo seremos con todos los que piensan que la Nación no está acabada», proclamó. A continuación puso el acento en la necesidad de recuperar la «confianza» de los ciudadanos, argumentando que en el «corazón» de la crisis está precisamente la falta de confianza, un momento en el que echó mano de una cita de Juan Pablo II -«No tengáis miedo»-.

Una confianza que, según Sarkozy, los conservadores han logrado reconstruir y que corresponde ahora trasladar a la sociedad francesa, descreída de la política. «Os propongo construir la República de la confianza», señaló enumerando luego todo un catálogo de intenciones, mitad ideario, mitad programa electoral. Un ideario en el que apareció la defensa de la familia, los valores de la Ilustración y la herencia cristiana y donde no escatimó dardos hacia Hollande, a quien de manera implícita, acusó de «mentir» a los ciudadanos. «La confianza se crea con la verdad, no con la mentira», dijo.

También, aunque sin citarlo, el Frente Nacional estuvo presente en su discurso. «Es la República que no pretende hacer creer a los franceses que cerrando las fronteras se les protegerá del paro, cuando es lo contario. Odio el repliegue sobre uno mismo, el miedo, cerrarse. En el fondo, detesto los extremos», señaló en alusión a las tesis de la ultraderechista Marine Le Pen, que araña cada vez más votos procedentes del descontento social.

Sarkozy fue especialmente aplaudido al señalar que no se es ciudadano de la República francesa «sólo por vivir en Francia», sino por compartir sus valores. «Se es ciudadano de la República porque, además, se comparte una lengua, una cultura, una moral y un modo de vida, porque se comparten los valores y principios de la civilización francesa», añadió.Tampoco olvidó referirse al principio del laicismo que en Francia tiene la consideración de sagrado.

En el tramo final de su intervención se refirió al lugar de Francia en el contexto internacional que, según su opinión, los socialistas han debilitado.

Cambios en Europa

Y su afán refundador llegó también a Europa que no tiene, dijo, «un segundo que perder» si quiere reaccionar adecuadamente ante el avance de los populismos y los extremismos. «¿Qué nivel de impotencia política, diplomática, militar y económica habrá que esperar para que Europa cambie?. Yo os digo que tendremos que refundarla, literalmente».

Además de un nuevo nombre, el Congreso de Los Republicanos alumbró un nuevo equipo, nuevos estatutos y vio un desfile de barones subirse al estrado para mostrar la unidad en el proyecto que ayer se puso en marcha.

Entre los intervinientes, algunos no concitaron el mismo grado de entusiasmo que el antiguo inquilino del Elíseo y presidente del partido. Fue el caso de los ex primeros ministros Alain Juppé y François Fillon, rivales de Sarkozy para las primarias que celebrará la formación el año que viene, que fueron recibidos con abucheos.