ENTREVISTA CON LA CADENA FRANCE 2

Sarkozy entra en campaña: "No tengo nada que reprocharme"

El expresidente niega que el calendario judicial sea obstáculo para volver

EVA CANTÓN / PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dos días después de anunciar en su página de Facebook que sería candidato a la presidencia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) el próximo 29 de noviembre, Nicolas Sarkozy ha justificado su regreso a la política no por «ambición personal» o por erigirse en un «salvador», sino porque pretende llevar adelante un proyecto colectivo que ofrezca una alternativa política a los franceses.

En una entrevista en la cadena France 2, el expresidente ha dicho desear que François Hollande llegue al final de su mandato porque no quiere que el enfado de los franceses se transforme en «violencia». Y se ha propuesto conquistar a los franceses ahora seducidos por Marine Le Pen. Pero el camino de la reconquista estará lleno de obstáculos. Para empezar, por su implicación en múltiples escándalos judiciales, vinculados en su mayoría a la supuesta financiación irregular de sus campañas electorales. Al respecto, el expresidente ha dicho estar dispuesto a declarar cuando se le convoque y se ha mostrado seguro de que saldrá bien librado. «Si tuviera algo que reprocharme, ¿me expondría a un regreso a la política? No tengo miedo», ha declarado.

PRIMARIAS EN EL 2016

Tampoco en su propia familia política se lo van a poner fácil. Los defensores de celebrar unas primarias en el 2016 para designar al candidato a las presidenciales van a defender esta opción con uñas y dientes. El primero de ellos, el exprimer ministro Alain Juppé, que goza de excelente popularidad y podría arrebatarle a Sarkozy el supuesto monopolio para unificar a la derecha. «Es una riqueza política tener a un Alain Juppé. Pero también tener a un Nicolas Sarkozy», ha ironizado el expresidente.

El magro balance de su quinquenio en el Elíseo (2007-2012) y la escasa simpatía que tienen por él la mitad de los franceses juegan también en su contra. Para algunos analistas, sin embargo, el principal enemigo de Sarkozy podría ser él mismo.