ACTO DE LA EXTREMA DERECHA EN LA CAPITAL ITALIANA

Tacos en la plaza del Pueblo

El líder de la Liga Norte desembarca en Roma con un discurso xenófobo y grosero

Matteo Salvini durante el discurso a sus seguidores en la plaza del Pueblo de Roma.

Matteo Salvini durante el discurso a sus seguidores en la plaza del Pueblo de Roma.

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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El líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, de 41 años, inició este sábado en Roma su campaña nacional y desafió con una manifestación al presidente del Gobierno, Matteo Renzi, «en su propia casa». En la céntrica plaza del Pueblo dio un mitin plagado de tacos de todos los grosores, como «no me toques los cojones», e hizo un uso repetido del verbo «joder». Paralelamente, numerosos colectivos de la extrema izquierda se manifestaron en la capital, al grito de «No con Salvini» y trataron de impedir físicamente la celebración del acto de la Liga. El despliegue de los 4.000 agentes que blindaron la capital italiana evitó que hubiese enfrentamientos.

La marcha sobre Roma de Salvini debería constituir su coronación como líder de la futura extrema derecha, que intenta recoger la herencia de Silvio Berlusconi. Salvini anunció que próximamente constituirá grupo con el Frente Nacional de la francesa Marine Le Pen, que este sábado envió un vídeo a la plaza del Pueblo. Ambos intentarán «convencer a los ciudadanos de que Europa es otra cosa respecto a la que nos dan», anunció Salvini. En la manifestación participaron también los «fascistas del siglo XXI», como se define el movimiento Casa Pound, algunos de cuyos militantes llevaban símbolos del fascismo.

Al grito de «Preparémonos para desobedecer», Salvini invitó a dar «una patada en el culo» a los «parásitos» de Roma, porque, dijo, «los moderados tienen las pelotas hinchadas» de mantener al Estado. «Ya no hay moderados, sino gente enfadada», subrayó, anunciando que, de gobernar, introducirá una retención fiscal única del 15% y una ley de legítima defensa para poder matar a los ladrones que se introduzcan en las viviendas.

Explicó que izquierda y derecha «ya no existen, sino que ahora hay productores y mantenidos». «El Gobierno jode a nuestros agricultores y paralelamente envía a 2.000 inmigrantes para que los mantengamos», añadió, para denunciar a continuación: «Mientras nuestros ancianos se pudren en residencias olvidadas, damos desayuno, comida y cena por 1.000 euros mensuales a cada inmigrante»

CONTRA BRUSELAS

Salvini acusó a Renzi de ser «el siervo tonto» de Europa y dijo que «el problema no es él, sino las políticas que aplica, dictadas por gentes sin rostro de Bruselas». El dirigente se cargó la reforma laboral con un «¡que se vaya a tomar por el culo!» y añadió que «no hay espacio para los gitanos porque viven sobre las espaldas de los italianos». Desafiante, dijo: «Me limpiaré la nariz con el documento» si se le envía un requerimiento por sus afirmaciones.

Salvini arremetió contra la prostitución callejera, que «debe ser suprimida», lo que «en Italia es imposible, porque existe el Vaticano, al que "le importa un bledo lo que suceda en las calles de Roma».

El desfile por el centro de unos 30.000 manifestantes de izquierda no pudo acercarse siquiera al de los ligo-fascistas de Salvini y terminó su paseo en la plaza Campo de Fiori, debajo de la estatua de Giordano Bruno, allí quemado por la Inquisición.