reacción en moscú

Rusia responde desafiante a las sanciones de EEUU y la UE

Serguéi Lavrov.

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EL PERIÓDICO
MOSCÚ

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«Las decisiones adoptadas por Washington no traerán nada más que el empeoramiento de las relaciones entre EEUU y Rusia, y crearán una atmósfera muy desfavorable en los asuntos internacionales  donde la cooperación entre nuestros estados   a menudo juega un papel decisivo». En una escueta nota emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Gobierno ruso quiso salir al paso de la nueva batería de sanciones, anunciada la víspera y de forma coordinada en Bruselas por los embajadores de los Veintiocho y en Washington por el propio presidente estadounidense, Barack Obama, tratando, a su vez, de minimizar su impacto en la economía rusa y su alcance en la vida diaria de los ciudadanos rusos.

Las advertencias procedentes de  Moscú no se refieren solo a próximas firmas de tratados de desarme, asunto que suele acaparar la atención en  las cumbres bilaterales ruso-estadounidenses, ni tampoco están dirigidas únicamente al antiguo enemigo de la extinta URSS durante la guerra fría. En la nota emitida ayer, Rusia quiso amenazar de forma velada a la UE, advirtiendo a Bruselas de que estaba «creando, por voluntad propia, barreras para una mayor cooperación en importantes temas como la energía». «Este es un paso irresponsable e irreflexivo; inevitablemente, llevará a un incremento de los precios [de la energía] en los mercados europeos», señaló la nota. En los últimos años, los conflictos entre Ucrania y Rusia a raíz del precio del gas han provocado la interrupción del suministro a algunos países del este de Europa.

El martes, con unas pocas horas de diferencia, Bruselas y Washington dieron a conocer nuevas medidas de presión Rusia, a quien acusan de fomentar la rebelión en el este de Ucrania. En la capital belga, los embajadores de los 28 estados que forman la UE  acordaron restringir a los bancos estatales rusos el acceso a los mercados financieros europeos, al tiempo que imponían un embargo a las exportaciones de armamento y de defensa, así como a los bienes con posible doble uso civil y militar.

 Dado el silencio que mantuvo el Kremlin -y por ende su principal huésped, Vladímir Putin- durante toda la jornada de ayer, el encargado de marcar el tono de la reacción rusa al castigo foráneo fue el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien restó importancia al posible efecto negativo que podrían tener las medidas occidentales en la economía rusa. «Sabremos superar toda dificultad que pudiera aparecer en algunos sectores de nuestra economía y puede que nos sirvan para convertirnos en más independientes y confiados en nuestras propias fuerzas», declaró el jefe de la diplomacia rusa.