El Pentágono investiga el papel de Rusia en el ataque químico

Vladimir Putin, durante una reunión en el Kremlin.

Vladimir Putin, durante una reunión en el Kremlin. / SZH/MDP

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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El ataque estadounidense a Siria ha tensado la cuerda de las relaciones entre Washington y Moscú. Rusia ha desplegado este viernes toda su artillería dialéctica para condenar el ataque estadounidense contra la base siria de Al Shayrat, aunque a la vez ha emitido señales de querer limitar la escalada de tensión con EEUU. Mientras el presidente Vladímir Putin ha considerado que el bombardeo constituye una "agresión" contra un "estado soberano" que viola la ley internacional, su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha expresado su deseo de que la acción militar "no lleve a resultados irreversibles".  

Pero esto está por ver. Según ha informado la CNN, el Pentágono investiga la posibilidad de que Rusia conociera o fuera cómplice en el ataque químico del pasado martes en la localidad de Jan Shijún (Siria), que acabó con la vida de más de 80 civiles, indicó hoy un portavoz a la CNN. Según un portavoz del Pentágono, Estados Unidos intenta determinar si un caza ruso bombardeó un hospital al que fueron trasladadas víctimas del ataque químico cinco horas después de ese suceso con la intención de eliminar pruebas.

Estados Unidos quiere saber si Rusia sabía del ataque químico antes de que se produjera, debido a la coincidencia de ese ataque en el centro hospitalario de la provincia de Idlib. La tensión entre Rusia y Estados Unidos ha quedado en envidencia también en la reunión del Consjo de de Seguridad. Al atribuir el ataque químico del miércoles al régimen de de Bashar el Asad, la embajadora estadounidense, NIkki  Haley, dijo que " lo hizo porque pensó que podría quedar impune y lo pensó porque Rusia le protege". Y ha ñadido también: "Eso cambió anoche".

 La primera consecuencia práctica de lo sucedido para las relaciones ruso-norteamericanas es la suspensión, por parte de Moscú de la aplicación del memorándum para impedir incidentesmemorándum entre las aviaciones de ambos países, que operan a muy poca distancia en los cielos de Siria, tal y como ha anunciado el Ministerio de Exteriores en un comunicado. Posteriormente, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, ha puntualizado que Rusia mantendría los canales militares de comunicación abiertos, pero que no transmitiría información a través de ellos. 

REFORZAR LAS BATERÍAS ANTIAÉREAS

Además, el Ministerio de Defensa ha anunciado "medidas" para reforzar las baterías de defensa antiaéreas desplegadas en territorio bajo control del régimen sirio, al tiempo que una fragata rusa dotada con misiles Kalibr cruzaba el estrecho del Bósforo en dirección a las aguas del Mediterráneo oriental. Pese a que Rusia ha desplegado en el territorio bajo control del régimen sirio baterías antiaéreas S-300 y S-400, los proyectiles de crucero disparados desde los destructores USS Porter y USS Ross han podido penetrar en el espacio aéreo sirio sin ser derribados, lo que a buen seguro está siendo analizado por los expertos militares rusos. 

Pese a las duras declaraciones condenatorias de los responsables rusos, la visita a Moscú del secretario de Estado, Rex Tillerson, prevista para la próxima semana no tiene visos de ser cancelada. El bombardeo norteamericano ha modificado sustancialmente la situación en el plano diplomático, y el ministro norteamericano acudirá a la capital rusa con reforzadas bazas respecto de las que contaba su predecesor en el cargo, John Kerry, representante de una Administración, la de Barack Obama, que había descartado previamente el uso de la fuerza militar en Siria.

Tras conocerse la acción militar, el presidente Putin se ha reservado el derecho de ser el primer dirigente político ruso en intervenir y marcar el tono de la reacción rusa. El líder del Kremlin, tal y como ha relatado el portavoz Peskov durante la mañana, ha advertido que el incidente militar tendría consecuencias en la formación de un frente unido contra el autoproclamado Estado Islámico, que era precisamente uno de los pocos intereses en común que mantienen a día de hoy los dos países.

"Lo más importante, tal y como piensa Putin, radica en que esta acción no solo no nos acerca al fin común de la lucha contra el terrorismo, sino todo lo contrario, crea un grave obstáculo para la creación de una coalición internacional", ha apuntado Peskov.

DURA DECLARACIÓN CONDENATORIA

Posteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha difundido una dura declaración condenatoria, en la que califica el bombardeo de "demostración de fuerza contra un país que lucha contra el terrorismo internacional" que "destruye aún más las relaciones ruso-norteamericanas". Segun esta institución, EEUU llevaba "tiempo preparando" el golpe, "antes de los acontecimientos en Idleb", en referencia al bombardeo químico del martes en el que perdieron la vida decenas de civiles inocentes.

En la nota, Moscú ha negado tajantemente que la aviación siria fuera la responsable del ataque químico del miércoles y ha rechazado la recriminación de Washington de no haber cumplido con los compromisos, adquiridos con la Administración de Barack Obama tras el ataque con gas sarín del 2013, en el que perecieron 1.400 personas, de destruir los arsenales químicos del régimen sirio.