la entrevista

Roberto Weeden-Sanz: «He aprendido de los grandes que soñar nunca es ridículo»

Este estudiante español, de 21 años, presidirá el Oxford Union, reputado club de debate inglés y codiciado trampolín para abrirse paso en los negocios o la política.

Roberto Weeden-Sanz, junto al actor Ian McKellen, el Gandalf de 'El señor de los anillos'.

Roberto Weeden-Sanz, junto al actor Ian McKellen, el Gandalf de 'El señor de los anillos'.

POR BEGOÑA ARCE

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Hace dos semanas un español -hijo de un contable inglés y de una española que trabaja como secretaria en las oficinas del Santander en Londres- fue elegido por primera vez presidente del Oxford Union, uno de los clubs de debate más prestigiosos el mundo. El alcalde de Londres, Boris Johnson, o la que fuera presidenta de Pakistán, Benazir Butto, ocuparon en su día ese cargo. A partir de marzo, y durante tres meses, Roberto Weeden-Sanz asumirá la presidencia.

-Su madre es española, su padre inglés. ¿Ha vivido y se ha educado en Inglaterra?

 

-Sí, pero siempre he pasado cuatro meses al año en Soria, donde viven mis abuelos. Ahora voy por Navidad.

-Entrar a estudiar en Oxford no es fácil. ¿Venía de la enseñanza privada?

 

-Fui a un colegio público del norte de Londres, el Latymer, pero el nivel de educación es igual que el de muchos colegios privados. Para mí ha sido todo un privilegio ir allí.

-Y ahora está en el último año de la carrera de Historia.

 

-Sí, el tercero, pero me he tomado el año sabático para ser presidente. Terminaré la carrera el año que viene.

-¿Tan importante es ser presidente como para aplazar un año los estudios?

 

-Creo que sí. La experiencia desde que estoy en el Union, primero como tesorero y luego como secretario, ha sido increíble. He aprendido muchas cosas de los grandes que han pasado por ahí. Una de ellas es que soñar nunca es ridículo. La línea entre estar loco y pensar en algo extraordinario es muy fina.

-¿Hubo guerra sucia con la elección? Alguien hackeó su ordenador...

 

-A veces la gente se lo toma demasiado en serio y hace cosas de las que luego se arrepiente. Es un ambiente muy competitivo.

-¿Es un cargo remunerado?

 

-No.

-Entonces le va salir caro.

 

-Sí, bastante. Pero cuento con mis padres, soy hijo único y siempre me han ayudado. Además, la presidencia coincide con los exámenes finales, no podría rendir bien.

-¿Por qué necesita usted tanta preparación?

 

-El Union invita a personalidades de todo el mundo, gente muy ocupada.  Hay que invitarles con tiempo para que acepten venir.

-¿Cuál es su programa como presidente?

-Mi trimestre coincide con las elecciones generales en el Reino Unido, así que me gustaría tener un programa que incluya convocatorias de tipo político. Y siendo el primer presidente español, me gustaría traer a políticos españoles, pero también a gente de la empresa, la moda y la cultura españolas.

-De las personalidades que ha visto, ¿cuál le ha impresionado?

 

-Disfruté con Ian McKellen. Se nota que es un actor de teatro de Shakespeare. En lugar de responder sentado, habló caminando por el escenario. Tiene un don de gentes increíble. Trabaja con la oenegé Stonewall, y habló de los derechos de las minorías sexuales.

-Oxford y Cambridge siguen siendo universidades muy elitistas

 

-Absolutamente. Reconozco que he sido increíblemente afortunado. Por eso he trabajado y trabajo con el Union, para ampliar el acceso a distintos tipos de personas a la universidad. Traemos a chicos que nunca habían pensando en pedir una plaza en Oxford para que vieran que también ellos podían lograrlo. Estas universidades te enseñan que si quieres algo, vayas a por ello.

-El ser mitad inglés, mitad español, ¿ayuda o ha sido un obstáculo?

 

-No he notado que me hayan tratado nunca de manera diferente. Y hablar las dos lenguas es una gran ventaja. Creo también que me ha ayudado a tener una perspectiva más abierta. Me siento más europeo, más abierto a experiencias nuevas, a ser más imaginativo y a poder soñar.

-¿Y cuál es su sueño ahora?

 

-Poder decir algún día que he cambiado algo. Hay muchas cosas que me gustaría cambiar. La mayoría de mis amigos piensan en ser abogados, trabajar en la banca o convertirse en asesores financieros. A mí quizá me gustaría entrar en política, pero puede que al terminar mi carrera trabaje para una oenegé como la Cruz Roja. O quizás en periodismo. Si vendiera el alma, trabajaría como relaciones públicas.

-Si entrara en política algún día ¿en qué partido se sentiría más a gusto?

 

-El Gobierno de Londres está haciendo un muy buen trabajo. Toma decisiones muy duras, pero resuelve los problemas económicos. Si ahora mismo entrase en política, sería en el partido conservador.

-¿Y en España?

 

-Hay mucho lío en España.

-¿Pero se ve viviendo y trabajando allí?

 

-Ahora mismo las cosas están muy difíciles, pero parece que poco a poco mejoran. Me siento tan español como inglés y para mí España también es mi casa, donde está mi familia.