El especulador

El rey de los beneficios

Millonario especulador 8El magnate Paul Singer, durante el foro económico de Davos, en enero del 2013.

Millonario especulador 8El magnate Paul Singer, durante el foro económico de Davos, en enero del 2013.

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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Nadie que haya seguido los 37 años de trayectoria de Paul Singer como empresario financiero puede sorprenderse ante la férrea determinación con que este hijo de un farmacéutico y un ama de casa nacido hace 69 años ha librado la larga batalla legal con Argentina.

Elliot Management, el fondo de alto riesgo con 300 empleados en que se ha convertido la empresa que fundó en 1977 con 1,3 millones de dólares que le prestaron familiares y amigos, es hoy uno de los mayores del mundo, con 20.000 millones de dólares y extraordinarios beneficios anuales del 14% como media. Cifras como esas no se alcanzan sin saber jugar con maestría con reglas del mercado tan legales como moralmente dudosas, esas que ganan a estas empresas el apodo de buitres.

Por la via del litigio

Casi desde el principio, Singer se ganó la fama de buscar buena parte de sus ganancias por vía de litigios. También casi desde el principio -y tras algunas pérdidas en bolsa- centró su atención en bienes que estaban bajo situación de estrés, ya fuera deuda de compañías en bancarrota o emitida por países necesitados. Compra a precio de saldo y parte de su filosofía, como escribió en el 2011, es que «entre el peligro yace la oportunidad y a menudo algunas de las operaciones más rentables germinan en periodos de tumulto en el mercado».

Esa combinación ha alcanzado su máximo exponente en el caso argentino, una operación de Elliot Management realizó a través de NML Capital Limited, una filial basada en las Islas Caimán. Pero tiene precedentes. Entre enero y marzo de 1996, por ejemplo, su fondo compró 20,7 millones de dólares de deuda peruana (aunque pagó 11,4 millones). Para octubre de ese mismo año ya estaba en los tribunales, donde entonces ya ganó: le concedieron 55 millones de dólares  (los casi 21 que había comprado más intereses).

También hizo una operación similar con deuda de Congo-Brazzaville. Por dos millones de dólares compró deuda soberana que valía 30 millones y fue capaz de ganar 100 millones en un juicio, 39 de los cuáles ya ha conseguido gracias a ventas de petróleo congoleñas.

Políticamente Singer se ha revelado en los últimos años como una de las fuerzas que más sostienen e influyen al Partido Republicano. En los círculos de fondos de alto riesgo se dice de él que está «a la derecha de Atila». Es ávido defensor del 1% (y del 1% del 1%) y sus profundos bolsillos dan alas a candidatos que puedan impulsar su agenda contra los impuestos, partes de la reforma financiera que podría afectar su negocio y a favor de una transformación radical (que sería un recorte) del sistema de prestaciones estadounidense.

Solo le separa del aparato del partido una vena libertaria que tiene dos de sus exponentes en el ataque constante a la Reserva Federal y en el apoyo incondicional al matrimonio homosexual, una causa personal, ya que uno de los dos hijos que tuvo antes de divorciarse está casado con otro hombre.