POLÉMICA EN BRUSELAS

Dijsselbloem lo lamenta si ha ofendido pero no dimite

Dijsselbloem, durante el encuentro de ministros de Finanzas de la eurozona, en Bruselas.

Dijsselbloem, durante el encuentro de ministros de Finanzas de la eurozona, en Bruselas.

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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Al socialdemócrata Jeroen Dijsselbloem, ministro de Finanzas holandés en funciones y presidente del Eurogrupo, le ha hecho falta un buen rapapolvo político para salir a la palestra y lamentar sus ofensas del lunes a los países del sur, de los ques dijo que “no pueden gastarse todo el dinero en copas y mujeres y después pedir ayuda”. Unas palabras que han generado un monumental enfado al más alto nivel político y numerosas peticiones de dimisión. El primer ministro de Portugal, el socialista Antonio Costa, ha pedido este miércoles su cabeza y el holandés se ha visto obligado a lamentar sus ofensas. Eso sí, no dimite.

“Lo lamento si he ofendido a alguien con mis declaraciones. Fueron directas y pueden ser explicadas por la estricta cultura calvinista holandesa, la franqueza holandesa”, ha respondido. “Entiendo que esto no sea siempre bien entendido y apreciado en otros lugares de Europa. Es una lección que aprendo” pero “creo que soy apreciado por mantener mi propio estilo”, que “tengo que ser estricto en ocasiones” pero “no tengo intención de dimitir”, ha zanjado asegurando que sus palabras fueron malinterpretadas y que cuando dijo lo que dijo en el ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’ se refería a que él “no podría esperar que si gasto mi dinero de una forma equivocada puedo pedir después apoyo financiero”.

La revuelta política alcanzó este miércoles cotas inesperadas cuando Portugal pidió oficialmente su dimisión. “Europa solo será creíble como proyecto común el día en el que el señor Dijsselbloem deje de ser presidente del Eurogrupo y se disculpe ante todos los países y personas a las que ha ofendido profundamente con sus palabras”, ha exigido Costa, reprochándole el uso del binomio “copas y mujeres” y “países del sur”. Su ministro de Exteriores, Augusto Santos Silva, ha añadido que la forma de expresarse de Dijsselbloem “no es apropiada para un ministro de Finanzas” y que el holandés “no está en posición de seguir como presidente de Eurogrupo”.

RENZI SE SUMA A LOS REPROCHES

Pero estas “desafortunadas palabras”, tal y como las ha calificado el ministro español Luis de Guindos, también han causado un revuelo particular en Italia, otro de los países gobernados por socialistas. “Cuando antes se vaya mejor”, ha reclamado el ex primer ministro italiano Matteo Renzi, Matteo Renzi, que opina que no solo debería haber callado y dejado las “bromas estúpidas” a un lado sino que debería quitarse de en medio.

“Creo que una persona como Dijsselbloem, que aunque no se ha dado cuenta también pertenece al partido socialista europeo, no merece ocupar el cargo que desempeña. Cuanto antes dimita mejor. Si no por él, por la credibilidad de las instituciones europeas”, ha exigido, y le ha pedido que si quiere ofender a Italia lo haga en un bar debajo de su casa y no desde su puesto de presidente del Eurogrupo.

Pero si hay un lugar donde las críticas se han extendido como la pólvora ha sido en Bruselas. “Yo no lo hubiera dicho. Creo que está mal”, ha reconocido la comisaria de Competencia, la liberal danesa Margrethe Vestager.

Dijsselbloem había abandonado el lunes la reunión de ministros de la Eurozona relativamente tranquilo y con la carrera por su sucesión bastante controlada. Su mandato no expira hasta el 2018 y él, pese a la debable electoral de su partido (el socialista PvdA) en las elecciones del 15 de marzo, quiere seguir en el puesto aunque deje de ser ministro en Holanda.

El martes las tornas cambiaron. Fueron muchos los eurodiputados -del PPPSEIU o ICV- que saltaron en tromba pidiéndole explicaciones durante su intervención ante la comisión de asuntos económicos de la Eurocámara. Dijsselbloem no solo se negó a retractarse sino que se reafirmó en sus palabras y reiteró lo de siempre: que los países rescatados deben cumplir con los ajustes y reformas porque la solidaridad no viene gratis.

REAFIRMACIÓN ANTE LA EUROCÁMARA

“No hace falta que me lea mis declaraciones. Han salido de esta boca”, le espetó al eurodiputado de ICV Ernest Urtasun, que previamente le había repetido su propia declaración al diario alemán: “En la crisis del euro, los países del norte se han mostrado solidarios con los países afectados por la crisis. Como socialdemócrata, atribuyo a la solidaridad una importancia excepcional. Pero el que la solicita, tiene también obligaciones. Uno no puede gastarse todo el dinero en copas y mujeres y luego pedir ayuda”.

Sus palabras, su actitud y, sobre todo, su negativa en principio a disculparse le han pasado factura. Un jefe de Gobierno ha llegado a pedir su dimisión y Dijsselbloem ha terminado viéndole las orejas al lobo. Está por ver si el lobo terminará llevándoselo por delante aunque por ahora no parece probable. El gobierno alemán ha optado por cerrar filas en torno al holandés rebajando la polémica. Recomienda leer toda la entrevista y asegura que mientras el actual gobierno siga habrá un presidente del Eurogrupo funcionando plenamente.