CONMOCIÓN EN EEUU POR UN ASESINATO MÚLTIPLE

Residuos del Ku Klux Klan

Franzier Glenn Miller, que mató a tres personas en Kansas creyendo que eran judías, es un antisemita conocido La organización cuenta con algo más de 5.000 miembros en 41 estados

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

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El domingo por la tarde, víspera de la Pascua judía, un hombre de 73 años condujo hasta un centro judío de los suburbios de Kansas City y, en el aparcamiento, mató a disparos a un adolescente y a su abuelo. Más tarde se dirigió a una residencia judía para ancianos y volvió a disparar, abatiendo esta vez a una trabajadora social que había ido a visitar a su madre. El asaltante fue detenido finalmente cerca de un colegio. Desde el coche policial lanzó un «Heil Hitler» lleno de odio. Ahora debe estar retorciéndose en su celda porque, según la prensa estadounidense, ninguna de sus víctimas era judía.

El asesino ha sido identificado como Franzier Glenn Miller, un notorio neonazi con un largo historial en el Ku Kux Klan, la organización que sembró el terror entre los afroamericanos más de un siglo. Según le ha contado su mujer al Southern Poverty Law Center (SPLC), dedicado a monitorizar las actividades de los grupos racistas, la noche antes de cometer los crímenes estuvo bebiendo en un casino de Misuri. Esa fue la última noticia que tuvo de él. Entre la derecha radical, Miller era un pequeña celebridad. Tras servir en Vietnam como boina verde y verse obligado a dejar el Ejército por sus conexiones extremistas, se afilió al Partido Nazi de EEUU en los 70.

Reclutar soldados

Poco después, se compró una granja en Carolina del Norte y fundó una rama del KKK, que se dedicaba a reclutar a soldados en activo. Miller prefería las fatigas militares a las caperuzas y los camisones del Klan. Y con su milicia aspiraba a purificar racialmente el estado. «Le di mucha importancia a organizar marchas y protestas. A Hitler le había funcionado», escribió en su autobiografía.

Por entonces, el Klan ya era una sombra de lo que había sido. Fundado en Tennessee como un club social supremacista blanco y cristiano por seis jóvenes soldados confederados tras la guerra civil (1861-1865), llegó a tener entre cuatro y siete millones de afiliados. Pero tras perder la batalla de la segregación y los derechos civiles, fue pasando a ser un grupúsculo residual. «Desde los 70, el Klan está muy debilitado por sus conflictos internos, las demandas judiciales y la continua infiltración gubernamental», sostiene el SPLC.

«Mientras algunas facciones han preservados sus planteamientos racistas y militantes, otras han tratado de ser parte del sistema ocultando su racismo como si abogaran por los derechos civiles de los blancos», insiste. Miller, sin ir más lejos, se postuló varias veces para ser diputado. Uno de sus eslóganes fue: «Son los judíos, estúpido». El SPLC estima que actualmente tienen entre 5.000 y 7.000 miembros, con ramas en 41 estados. Periódicamente, desfilan por pueblos o asaltan a inmigrantes.

No hace mucho, en Chicago aparecieron octavillas que decían: «Esta noche podrás dormir sabiendo que el Klan está despierto. ¿Hay problemas en tu barrio?» En Kentucky, otra decía: «Salva nuestra tierra y únete al Klan».  Pero, según los expertos, su predicamento entre la derecha radical mengua. Los jóvenes prefieren a los neonazis y los grupos Patriotas, que recelan de todo lo que hace el Estado. Miller había sido arrestado al menos en dos ocasiones. Una de ella por planear el asesinato de Morris Dees, el fundador del SPLC.