Nuevos aires en Europa

Renzi y Valls exploran alternativas

ANTONI GUTIÉRREZ-RUBÍ

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La irrupción -casi simultánea- en el panorama político europeo de dos dirigentes de la nueva socialdemocracia, como son Matteo Renzi y Manuel Valls, ha significado la ruptura parcial del axioma político «no hay alternativa» (el famoso TINA, There is no alternative, atribuido a Margaret Thatcher). Ambos, con sus primeras medidas, han apostado por iniciativas innovadoras, nunca hasta ahora exploradas y en muchos casos consideradas imposibles.

Los dos dirigentes deberán aplicar las recetas y directrices económicas de la Comisión Europea. En eso se parecen. Pero con la diferencia de que en Italia, el Gobierno de Enrico Letta -defenestrado precisamente por el actual líder italiano- ya había hecho (junto con su antecesor Mario Monti) parte del trabajo más doloroso al dinámico Renzi. Valls tiene casi todo por hacer. Estas son algunas de sus características compartidas:

LA RAPIDEZ. Ambos han aprovechado la energía del primer momento, desplegando una agenda intensa de reformas y propuestas. Conscientes de la importancia de los primeros días y del impacto -y legitimidad- con la que pueden actuar ahora, antes de que sus propuestas se encallen o no resuelvan. Van rápidos, muy rápidos, acorde con su imagen de jóvenes decididos, mediáticos, no exentos de toques populistas.

LA INNOVACIÓN. Han roto con tabús. Creen que hay que innovar. Valls con las tijeras, Renzi con el lápiz. El francés aplicando una cura de adelgazamiento y de humildad. El italiano, rompiendo privilegios de la vieja política, desafiándola. Valls tiene que actuar en un marco institucional más sólido y resistente a las reformas, con una clase dirigente (funcionarios, altos cargos, políticos) que han hecho de la continuidad -a la que llaman estabilidad- su principal valor. Valls se enfrenta al estatismo y el proteccionismo, como el que representa su propio colega ministerial Arnaud Montebourg. Renzi se encuentra, casi, sin Estado.

EL ESTILO. Valls parece más germánico que mediterráneo. Renzi se gusta en su estilo más libre, atrevido y provocador. Valls regaña. Renzi, sorprende. Valls, endurece. Renzi, libera. La crisis italiana es tan profunda que Renzi llega con la fuerza de un ciclón, sin contrapesos, capaz de romper esquemas y someter a la gerontocracia política. Valls deberá adaptarse a los equilibrios internos y externos, empezando por los que impone el propio presidente François Hollande.

LA VISIÓN. Renzi quiere una revolución que pasa por decisiones profundas fruto de su juventud, pero también de las ideas que quiere proyectar y defiende, empezando por decir sí a las mujeres, que nunca habían ocupado tres de los altos cargos más importantes en el país. De la palabra a la acción y un Ejecutivo compuesto por ochos mujeres y ocho hombres. Por primera vez. Valls, en cambio, necesita más reformas que revoluciones, consciente de las adherencias y las capas de conservadurismo que atenaza la política francesa, atrapada entre las contradicciones de sus declamaciones y sus acciones.

LA COMUNICACIÓN. Renzi tuitea, bromea y sorprende. Valls se aferra al edicto y la norma. No concede una sonrisa, convencido como está que la gravedad de su rictus es la garantía de la seriedad y solvencia de sus palabras. Su imagen es la de un estreñido, dispuesto a poner a dieta a la sociedad francesa. Mano firme, dura, ruda, seca.

Renzi, en cambio, sabe que su revolución no solo está en su gestión sino en cómo la comunique. Mano firme, también, pero con guante de seda y una sonrisa. Renzi ha abierto la caja de Pandora de otro modelo de comunicación y de política en Italia. Juguetón y osado, quiere que los italianos sean más italianos todavía.

LA IDEOLOGÍA. Ambos son liberales, heterodoxos y pragmáticos. Representan un nuevo tipo de dirigente más que una nueva corriente de pensamiento en la maltrecha socialdemocracia europea. Su obsesión resultadista es superior a su fidelidad ideológica. Son capaces de todo. Se enfrentan a retos colosales. Valls, sin tiempo. Renzi, jugando con él. ¿Influirán sus estilos en el nuevo liderazgo socialista en España que surgirá de las primarias del PSOE? Veremos.