VOTACIÓN EN ITALIA

Renzi confía en sacar hoy el presidente con mayoría simple

El candidato es Sergio Mattarella, juez del Tribunal Constitucional

ROSSEND DOMÈNECH />ROMA

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La segunda y tercera votación sobre el nuevo Presidente de la República italiana realizadas no han alcanzado los 673 votos necesarios para elegir al 12º jefe del Estado italiano, sucesor de Giorgio Napolitano. La mayoría de los partidos políticos esperan destapar sus cartas a partir de la cuarta votación, que tendrá lugar esta mañana, cuando el quórum baje de las tres cuartas partes a la mayoría absoluta (505). Mientras tanto, los grandes partidos han votado en blanco o a candidatos imposibles, como Gianni Versace (fallecido) y Emma Bonino, con un cáncer que ella misma reveló.

El primer ministro progresista, Matteo Renzi, jefe de un gobierno de coalición, ya tiene en el bolsillo los 505 votos para sacar a su candidato, el exdemocristiano Sergio Mattarella, actual juez del Tribunal Constitucional. Sin embargo, los parlamentarios de su partido (PD) no le han votado este viernes y han seguido depositando papeletas en blanco, como en un compás de espera.

Lo que Renzi espera saber, según parece, es qué harán los demás partidos, principalmente los conservadores de Forza Italia de Silvio Berlusconi, en la oposición, y los del Nuevo Centro Derecha, aliados con el Ejecutivo, rivales entre sí, pero a la vez unidos contra la izquierda.

Reformas comprometidas

Si los conservadores se compactan y siguen votando en blanco, los progresistas deberían sacar en solitario a su candidato, que ya no sería elegido por una mayoría de los representantes del país. En consecuencia, el futuro del Gobierno, con una agenda de ambiciosas reformas hasta el 2018, podría quedar afectado. Solo en este caso Renzi podría sacarse de la manga a otro candidato, a pesar de haber dicho que Mattarella «es el único».

Con toda probabilidad, los historiadores estén disfrutando durante estos días frente a unas votaciones que confirman la suspicacia y desconfianza con la que los políticos del país se mesuran unos a otros, siempre a la búsqueda de un compromiso, que no es muy distinto de la modalidad con la que se nombraba a los emperadores romanos y durante siglos se elegía a los papas.