LA CRISIS GRIEGA

Renzi apoya dar más tiempo a Grecia para negociar la deuda

Regalos 3 Tsipras, con la corbata que le regaló Renzi; el dirigente italiano, con el CD de música griega que le dio Tsipras.

Regalos 3 Tsipras, con la corbata que le regaló Renzi; el dirigente italiano, con el CD de música griega que le dio Tsipras.

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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Italia apoya la petición de Grecia de obtener más tiempo para resolver la crisis de la deuda sin que deban pagarla siempre los mismos. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, y su homólogo italiano, Matteo Renzi se han reunido este martes en Roma y aparecieron bastante desenvueltos, unidos posiblemente por la edad (ambos son cuarentañeros; o sea bastante jóvenes en relación al cargo que desempeñan).

Aunque no entraron en detalles concretos, los dos mandatarios reivindicaron la necesidad de que la Unión Europea (UE) cambie de registro. «Se trata de una gran batalla», dijo Renzi en la rueda de prensa posterior al encuentro. El dirigente italiano reconoció que «entre ambos países existen diferencias» pero subrayó que les une «la necesidad de restituir a la política la posibilidad de cambiar las cosas».

«Estoy fuertemente convencido de que se dan las condiciones para alcanzar un punto de acuerdo entre Atenas y las instituciones europeas», dijo Renzi, al tiempo que subrayó «la necesidad, tanto en Italia como en Grecia, de proseguir con las reformas estructurales».

TRANQUILIZAR A LOS INVERSORES

Tsipras tranquilizó a «los ciudadanos e inversores europeos», asegurando que su país quiere «respetar sus obligaciones», pero pidió una «vía para vivir con dignidad».

«Somos una generación elegida como diana de políticas equivocadas y queremos luchar con la UE para volver a vivir con dignidad», dijo Tsipras, explicando que «en estos años de acción de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), en lugar de ayudarnos nos han destruido, por lo que proponemos ideas distintas para que Grecia pueda respetar sus obligaciones sin pedir más préstamos».

Al final del encuentro Renzi regaló a su colega una corbata italiana para que pueda «ponérsela cuanto antes». Tsipras nunca lleva corbata. No se la puso siquiera el día que juró el cargo ante el presidente griego, Karolos Papulias.

Paralelamente, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, se reunió también en Roma con su homólogo italiano, Pier Carlo Padoan, en el que analizaron las «líneas generales de las iniciativas del Gobierno griego en política económica». «Se trata de fijar una hoja de ruta de seis meses para Grecia», subrayó. Varufakis precisó, sin embargo, que «Atenas no busca un eje político contra Alemania».

El viaje de Tsipras y Varufakis a Roma se enmarca en la gira europea que ambos han emprendido para buscar apoyos a la estrategia del nuevo Gobierno griego contra el plan de austeridad impuesto por los acreedores a raíz del rescate y de lograr un nuevo acuerdo en relación a la crisis de la deuda, que en Grecia alcanza ya 315.000 millones de euros, el 175% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.

Tras el viaje a Italia, Tsipras tiene previsto presentar hoy su programa económico al presidente francés, François Hollande, y al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Por su parte, Varufakis viajará a Fráncfort para entrevistarse con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y a Berlín, donde se reunirá con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble.

Varufakis, que el lunes viajó a Londres, declaró al rotativo 'Financial Times' que el Gobierno griego propone intercambiar su deuda exterior por un nuevo tipo de bonos ligados al crecimiento. El ministro de Finanzas griego señaló que Atenas no pedirá la quita de la deuda sino una fórmula para reducirla, a través de dos tipos de bonos, uno de ellos vinculado al crecimiento económico. Varufakis dejó claro, sin embargo, que se trataba de una cuestión de denominación y no de contenido. Los economistas de Syriza ya habían hablado durante la campaña electoral del modelo de canje de bonos.

LA BOLSA

Las declaraciones de Varufakis tuvieron un impacto inmediato en los mercados, hasta el punto de que la bolsa de Atenas cerró ayer con una espectacular subida del 11%.

En Berlín, la cancillera alemana, Angela Merkel, consideró que hay que esperar a que el nuevo Gobierno griego defina más claramente sus posiciones para buscar soluciones. «El nuevo Gobierno griego todavía está buscando definir su posición y eso es perfectamente normal si se tiene en cuenta los pocos días que lleva; luego habrá que entablar conversaciones para buscar acuerdos sobre el futuro manejo de la crisis», señaló.

Por su parte, Juncker se declaró dispuesto al diálogo con los griegos y aunque reconoció que habrá que «ajustar algunas políticas», subrayó que «no se puede cambiar todo por un resultado electoral que complace a unos y disgusta a otros».