Consejo Europeo

Renovada apuesta por el crecimiento sin medidas

François Hollande y Angela Merkel, ayer, durante el Consejo Europeo.

François Hollande y Angela Merkel, ayer, durante el Consejo Europeo.

MONTSE MARTÍNEZ / BRUSELAS

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En Bruselas empieza a oírse cada vez más la palabra «inversión». De hecho, es el vocablo de moda que ha venido a sustituir a «austeridad». Por primera vez, los líderes europeos han reflejado, negro sobre blanco, que el crecimiento económico en Europa es «decepcionante» y el índice de paro muy alto. Que la contención a rajatabla no ha dado los resultados esperados lo constatan las conclusiones de la cumbre europea celebrada en Bruselas, que abundan en que la inversión es la fórmula para superar la debilidad económica.

Por eso, los mandatarios han coincidido en dar la bienvenida al plan de inversión del nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, de poner a disposición 300.000 millones de euros de inversión en proyectos para aumentar el crecimiento y crear empleo. De hecho, un grupo de trabajo ya se ha puesto manos a la obra para decidir qué proyectos pueden dar los resultados más eficaces. Y han pedido que sea cuanto antes porque no hay ni un minuto que perder si no se quiere ver a Europa deslizarse hacia una tercera recesión.

El debate, ahora, pasa por buscar fórmulas para invertir sin engrosar los déficits y de garantizar que los estados llevan a cabo las reformas estructurales necesarias para que el crecimiento sea sólido.

DIVISIÓN / En esas están los mandatarios europeos, divididos entre los partidarios de no superar bajo ningún concepto el límite del 3% del déficit  (Alemania) y los que quieren abrir la mano aunque necesiten más flexibilidad temporal para cumplir estas exigencias (Francia e Italia).

De hecho, la semana que viene va a resultar decisiva para ver cómo se desempata el pulso entre Francia y la Comisión Europea, que podría rechazar sus presupuestos nacionales por incumplir con el objetivo de déficit. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, en un claro gesto de desafío, hizo pública ayer una carta que le remitió la Comisión Europea en la que le advertía de un riesgo de desviación importante de los objetivos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El presidente francés, Françoise Hollande, debe haber recibido otra.