CONFERENCIAS POLÍTICAS EN BARCELONA

El remedio del profesor Letta

El exprimer ministro italiano disecciona en Barcelona los males que aquejan a Europa

Letta y Duran Lleida, en la Pedrera, este miércoles.

Letta y Duran Lleida, en la Pedrera, este miércoles. / ÁLVARO MONGE

ROSA MASSAGUÉ / Barcelona

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Desde que fue apeado de forma poco noble de la jefatura del Gobierno italiano hace dos meses, Enrico Letta reparte su tiempo entre las tareas políticas como diputado en Roma y las académicas como profesor invitado en el Instituto de Ciencias Políticas de París (Sciences Po). Ayer, la conferencia que debía dar en La Pedrera, invitado por el Instituto de Estudios Humanistas Miquel Coll Alentorn y presentada por Antoni Duran Lleida, fue lo más parecido a una clase, pero de anatomía.

Letta diseccionó primero con una claridad muy de agradecer los males que aquejan al cuerpo europeo para después dar algunos remedios para sanar al enfermo.

En cinco años, dijo, ha cambiado la percepción ciudadana. No es de extrañar que así sea cuando, «ante el mayor desastre económico y financiero desde la segunda guerra mundial, haya habido que celebrar 28 cumbres europeas para que Mario Draghi [presidente del Banco Central Europeo] pudiera decir que había que salvar el euro».

Hay, por tanto un problema a la hora de tomar decisiones. Hay también una atmósfera negativa para mirar al futuro. El equilibrio de poder en la Unión ha cambiado en favor del Consejo y en detrimento de la Comisión, explicó, y también ha cambiado el peso de los países, léase, Alemania. Y el profesor puso el ejemplo: «Cuando estudiaba aprendí que el Tribunal de Justicia de Luxemburgo era el máximo tribunal de apelación europeo. Ahora hay que esperar a lo que decida el Tribunal Constitucional alemán de Karlsruhe».

Para sanar al enfermo propuso un cambio de percepción y recetó dos medicinas: dotarse de una seguridad social europea para las personas en dificultades, y crear un Erasmus para chicos de 15-16 años. Ambas ideas permitirían, según Letta, decir: «Europa es la oportunidad».

También consideró necesario profundizar en la Europa de dos velocidades profundizando en la UE a 18 (los países del euro), pero manteniendo la de los 28.

En el turno de preguntas por parte de la concurrencia no faltó la relativa al proceso «que quiere Mas», según aclaró en dos ocasiones quien la formuló. Letta había acabado su conferencia diciendo señalando como muy positivo que en Europa habíamos perdido mucha soberanía. Respondió a la pregunta enlazando con aquellas palabras para añadir que todos tenemos identidades compartidas. Las suyas son: «Pisano [de Pisa], toscano, italiano y europeo, y no están en contradicción y menos aún confrontadas».

Antes, hablando del populismo en Europa había señalado como dos de sus características el llamamiento a la democracia directa y la apelación a un enemigo.