Cita en Ámsterdam

Relevo en el trono de Holanda

La reina Beatriz, junto al príncipe Guillermo y su esposa, Máxima, saludan a los ciudadanos holandeses, ayer.

La reina Beatriz, junto al príncipe Guillermo y su esposa, Máxima, saludan a los ciudadanos holandeses, ayer.

MONTSE MARTÍNEZ

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Sin un ápice de trauma, sino al contrario, en un clima de absoluta normalidad y de celebración, Holanda se dispone a entronizar hoy a un rey, en vida todavía de su antecesora. La tradición se consolida en los Países Bajos y, como ya hicieran su madre y su abuela, la abdicación de la reina Beatriz, de 75 años, va a permitir el traspaso oficial de la corona a su primogénito, el todavía príncipe Guillermo, de 45, y su esposa, Máxima Zorreguieta, de 42, que se convertirá en la reina consorte.

La firma del acta de abdicación y la posterior investidura se llevarán a cabo a primera hora de la mañana en presencia de los príncipes herederos de todas las monarquías europeas, poco aficionadas, salvo contadas excepciones, al relevo generacional. En la entronización de los reyes holandeses nunca se ha contemplado la presencia de otros monarcas sino de sus herederos, así que España estará representada hoy en Ámsterdam por el príncipe Felipe y la princesa Letizia.

Cuando, poco antes de las once de la mañana, Guillermo y Máxima, acompañados de sus tres hijas, salgan al balcón del Palacio Real, en la céntrica plaza Dam, ya serán los reyes de Holanda. Previamente, la reina habrá firmado la abdicación en el salón de Moisés del mismo edificio y solo restará la oficialización de la investidura real en la contigua Iglesia Nueva.

El reinado de Guillermo -a secas, después de que descartara acompañar su nombre de cualquier dígito- y de su consorte, la argentina Máxima, representa un punto de inflexión en la monarquía holandesa por una concatenación de motivos.

200 AÑOS DE MONARQUÍA / El mismo año en el que la institución va a cumplir justamente dos siglos, el todavía príncipe Guillermo será el primer varón que ocupará el trono tras más de cien años de reinados femeninos que se iniciaron con su bisabuela (1890), continuaron con su abuela (1948) y se prolongaron con su madre (1980). Las tres abdicaron para dejar paso a sus sucesores.

La otra novedad, nada despreciable, es el hecho de que la esposa de Guillermo, Máxima Zorreguieta, de nacionalidad argentina, será la primera mujer latinoamericana que se erige en reina, aunque solo sea consorte, en Europa.

Sin el peso directo de la corona sobre su cabeza pero con una más que probada capacidad de influencia. De hecho, tras ser observada con una indisimulada reticencia inicial por la ciudadanía holandesa, no solo ha logrado dar la vuelta a la tortilla sino que ha mejorado la imagen de la monarquía con su proximidad latina.

Cuando en su controvertida boda con Guillermo en el 2002 -un enlace que pendió de un hilo-, Máxima rompió a llorar al oír las notas de un bandoneón con el tema preferido de su padre, ausente en la ceremonia, empezó a ganarse el corazón de los holandeses.

Era la viva imagen de la renuncia al aceptar que su progenitor, ministro de Agricultura durante la última dictadura militar argentina (1976-1983), no acudiera a la boda como consecuencia de ese turbulento pasado. Aseguran los expertos en la familia real holandesa que nadie ha tenido que decirle que ocurriría lo propio en los actos oficiales de entronización previstos para hoy. Ha sido plenamente consciente de su papel y su responsabilidad como esposa de Guillermo. Estos y otros detalles no hacen sino agrandar más, si cabe, la simpatía de unos súbditos que perciben su calidez por encima de la rigidez del protocolo.

LA TRAVESÍA REAL / Tras la oficialidad de los actos matinales, en la tarde de hoy está programada la vertiente popular de los fastos reales. El Ayuntamiento de Ámsterdam ha organizado una travesía real sobre las aguas del IJ, de tal manera que el baño de masas se lo darán desde el agua con el saludo de la ciudadanía desde las orillas.

A lo largo de la ruta, el consistorio ha preparado un variado programa de arte, cultura y deporte destinado, básicamente, a la juventud. El Ejército del Aire volará con una formación F-16 para saludar al rey y al pueblo holandés. Antes de empezar la travesía, los monarcas podrán escuchar, finalmente, la canción del rey. Una composición interpretada por 51 artistas tan criticada que a punto ha estado de retirarse.