La reina sudafricana del rodeo de automóvil

Stacey-Lee May, de 19 años, se erige en la primera mujer en introducirse en un mundo vetado a gángsters y criminales

Stacey-Lee, en el coche que utiliza para sus rodeos en Soweto.

Stacey-Lee, en el coche que utiliza para sus rodeos en Soweto. / periodico

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En el corazón de uno de los barrios más miserables de Soweto, entre chatarrerías e iglesias evangélicas, una joven mujer con cara de niña tiene la determinación de convertirse en la reina sudafricana de los rodeos con automóvil.

Una cara juvenil se asoma por la ventana de un BMW 325 rosa de motor que ruge y, ante un grupo de seguidores, Stacey-Lee May hace una de sus maniobras de más riesgo. Saltar por la ventanilla con el coche en marcha. A sus 19 años, la joven, que apenas aparenta 15, rompe el estereotipo de los simpatizantes de los rodeos de automóvil, entre los que predominan los gángsters de Soweto, municipio a 24 kilómetros de Johannesburgo, que roban coches para utilizarlos en sesiones salvajes de maniobras peligrosas.

"Tengo este talento, he nacido para hacer esto", dice convencida para añadir: "Cuando me dispongo a saltar del coche en marcha, es mi momento". Su voluntad es romper la imagen de que los rodeos de automóvil solamente están reservados a integrantes de bandas criminales, hasta el punto de que se considere un deporte del que informen los medios de comunicación. "Me gustaría exportar el estilo sudafricano a Nueva York y París".

Hacer girar el coche hasta que los neumáticos estallan es otra de sus maniobras preferidas. El rodeo automovilístico es una herencia de la separación racial durante el apartheid, aunque hoy en día la población blanca también empiza a participar.