Refugiados, nuevo intento

Dos refugiados en la frontera entre Grecia y Macedonia

Dos refugiados en la frontera entre Grecia y Macedonia / periodico

SILVIA MARTINEZ BRUSELAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Unión Europea sigue fiándolo todo a un acuerdo de conveniencia con Turquía para contener el aluvión de refugiados. Hace más de tres meses que Bruselas y Ankara pactaron un plan de acción pero la desconfianza mutua ha hecho imposible que de resultados. Este lunes, los 28 jefes de Estado y de Gobierno europeos intentarán revitalizar el pacto durante una nueva cumbre bilateral UE-Turquía.

“Por primera vez desde el inicio de la crisis migratoria empiezo a ver que emerge un consenso europeo. Si se aplica con lealtad puede ayudar a detener los flujos y hacer frente a la crisis”, decía el viernes el presidente de la UE, Donald Tusk, en la carta de invitación sobre el principal objetivo para los europeos: lograr que Ankara se comprometa a repatriar de forma sistemática a todos los inmigrantes, salvo sirios, que lleguen a las islas griegas y no tengan derecho a asilo.

“Ambos creemos que podemos reducir el flujo a través de un retorno rápido y a gran escala desde Grecia de todos los inmigrantes que no están en necesidad de protección internacional”, aseguraba el presidente del Consejo sin entrar en detalles sobre a quién se aplicará el mecanismo y cómo funcionará. “La voluntad política está ahí aunque plantea problemas logísticos”, admitía.

La cita, un almuerzo al que seguirá una reunión extraordinaria del Consejo Europeo ya sin el primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, viene impulsada por la cancillera Angela Merkel. Presionada por un descenso en su popularidad y un descontento creciente en Alemania que puede dar alas a la extrema derecha, la canciller necesita resultados antes de las elecciones regionales que celebran el próximo domingo 13 de marzo tres de sus estados federados, Baden-WurtembergRenania-Palatinado y Sajonia.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Desde septiembre","text":"\u00a0los Veintiocho han celebrado tres consejos europeos, una cumbre extraordinaria, otra con Turqu\u00eda y otra con los pa\u00edses mediterr\u00e1neos"}}

Desde septiembre, cuando empezó a agravarse la crisis de los refugiados,  hasta ahora los Ventiocho han celebrado –sin contar las citas de hoy- tres consejos europeos, una cumbre extraordinaria sobre inmigración, otra con los países del mediterráneo y otra con Turquía que han desembocado en grandes compromisos pero muy pocos resultados. En Bruselas la implicación de Ankara se ve como un elemento vital y el continuo ir y venir de comisarios a la capital turca lo corrobora. En seis meses, el vicepresidente Frans Timmermans –responsable de negociar con Ankara- ha visitado Turquía en cinco ocasiones, cuatro lo ha hecho el responsable de las políticas de vecindad, Johannes Hahn, y una el de Inmigración, Dimitrios Avramopoulos.

Los 3.000 millones prometidos

El Gobierno de Tayyip Erdogan se comprometió el 29 de noviembre a luchar contra las mafias, a controlar mejor su frontera y a reducir el flujo migratorio. A cambió la UE prometió 3.000 millones para asistir a los 2,7 millones de refugiados que viven en el país y a acelerar el proceso de liberalización de visados. En ambos frentes Bruselas ha hecho esta semana gestos de buena voluntad, autorizando los primeros 95 millones para ayuda educativa y humanitaria y publicando el informe en el que confirma avances en la política de visados.

Pero Ankara espera mucho más. “La UE debería eliminar los visados en octubre o noviembre. Si el acuerdo de readmisión se aplica y el levantamiento de visados no ocurre tenemos derecho a anular el pacto. Va de la mano”, advertía esta semana el ministro turco para la UE, Volkan Bozkir, sobre una especie de 'quid pro quo'.

Europa le corre prisa el acuerdo. El ritmo de llegadas sigue siendo importante en invierno y se teme que aumente con la llegada de la

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"A Europa le corre prisa el acuerdo","text":"\u00a0pues el ritmo de llegadas sigue siendo importante en invierno y se teme que aumente en primavera"}}

primavera. Unas 2.000 personas han llegado diariamente a Europa en febrero, lo que ha disparado la cifra por encima de las 131.000 este 2016. Cerca de 15.000 están atascadas en la frontera con Macedonia por la negativa de este país a abrir el paso fronterizo –en las últimas 24 horas han pasado 240 personas- lo que agrava el problema humanitario en Grecia.

Si el pacto con Turquía toma cuerpo, podría ser el elemento que la UE lleva meses reclamando para desincentivar las llegadas. “No vengan, no crean a los traficantes, no pongan en peligro sus vidas”, les recomendaba Tusk la semana pasada. Ankara ya ha hecho el primer gesto reactivando el acuerdo de repatriación con Grecia y admitiendo de vuelta el martes a 308 inmigrantes sin papeles: marroquís, argelinos y tunecinos.

Si el Gobierno de Erdogan acepta seguir esta vía, la UE podría abrir la mano y empezar a reubicar refugiados desde Turquía en el marco del plan voluntario que Merkel lleva meses intentando imponer sin éxito. España es uno de los países que ya han informado de su intención de aceptar a unos 450 refugiados –hasta ahora solo ha reubicado a 18-, entorno a 250 de ellos procedentes de Turquía. Aún así, el plan de reubicación de 160.000 refugiados sigue siendo un fracaso. En seis meses la UE solo ha trasladado a 660 personas. Frente a estas cifras, 25.920 personas han viajado de los campamentos del Líbano y Jordania a Canadá en los últimos tres meses.

Merkel está empeñada en demostrar que la solución debe ser europea y que decisiones unilaterales como la de Austria de limitar el

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Merkel\u00a0","text":"\u00a0est\u00e1 empe\u00f1ada en demostrar que la soluci\u00f3n debe ser europea y que decisiones unilaterales agravan el drama humano y condenan la libre circulaci\u00f3n"}}

asilo –a 37.500 este año- y bloquear a los refugiados en Grecia agravan el drama humano y condenan al espacio de libre circulación de Schengen. “Europa está arriesgándolo todo a una sola carta: Turquía. No deberíamos vender nuestra alma por un acuerdo con un país simplemente porque no somos capaces de hacer frente a nuestros problemas y aplicar una solución europea real”, lamentaba este domingo el líder de los liberales en la Eurocámara, Guy Verhoftstat crítico con el posible compromiso turco de aceptar de vuelta a todos los no sirios. 

“Seguimos aceptando promesas vacías. Aceptamos un acuerdo de retorno de inmigrantes a un país en el que se mete en la cárcel a periodistas, se atacan las libertades civiles y con una situación de los derechos humanos preocupante”, añadía apuntando a la confiscación por parte del gobierno de Erdogan del diario Zaman sobre el que los líderes europeos mantiene un elocuente silencio. “La UE se está disparando en el pie”, coincide Marc Pierini desde el think tank Carnegie Europe.