Refugiados con 'smartphones'

Los desplazados recurren a las nuevas tecnologías para guiarse durante el viaje y dar noticias a la familia

Un sirio, repasando los mensajes en su móvil en Aegean (Grecia).

Un sirio, repasando los mensajes en su móvil en Aegean (Grecia).

EL PERIÓDICO / BELGRADO

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Es un utensilio del que nunca se separan, el armatoste que los va a permitir atravesar, casi a ciegas, al menos cinco países y una decena de ciudades, antes de llegar a AustriaAlemania o Suecia, su lugar de destino. El smartphone permite al refugiado del siglo XXI sortear inconvenientes en el camino infranqueables para las generaciones anteriores de desplazados por las guerras y los cataclismos.

«En cuanto entro en un nuevo país, me compro una tarjeta SIM, activo el servicio de internet y descargo el mapa para localizar donde estoy», declaró a The New York Times Osama Aljasen, un profesor de música de 32 años de Deir Ezzour, en el este de Siria«Nunca habría podido llegar a mi destino sin mi smartphone; cuando está bajo de batería, me pongo nervioso», explica.

Ventajas tecnológicas

Estos teléfonos permiten a los nuevos refugiados disfrutar de las ventajas tecnológicas que ha traído internet, compartiendo información sobre la ruta, sobre movimientos de las tropas en las fronteras e incluso sobre las detenciones que estos hayan podido practicar...

En cuanto cruzan el mar Egeo y llegan a alguna isla griega, poniendo por vez primera el pie en territorio Schengen, envían un mensaje a sus familiares diciendo que están bien. También es frecuente verles realizándose selfies una vez han cubierto la etapa más peligrosa de la singladura que han emprendido.

Las redes de traficantes también se hacen valer de las nuevas tecnologías para trabajar. Anuncian sus servicios mediante páginas en Facebook, donde además dan a conocer sus precios e incluso ofrecen descuentos. Algunas de ellas tiene más de 6.000 seguidores, según se puede comprobar en la red.

Las nuevas tecnologías, que permiten en todo momento conocer la localización del dueño del teléfono en cuestión, han permitido también bajar los precios, limitando las expectativas de negocio de los traficantes. Los refugiados, en este sentido, prescinden de los servicios del «líder», como llaman ellos al traficante, y prefieren cruzar ellos las fronteras a pie. Tan solo contratan a un pasador cuando atraviesan el mar Egeo, lo que reduce significativamente el precio final del viaje.

Otro de los momentos en que recurren a las nuevas tecnologías es en el momento de cruzar a pie una frontera. El traficante puede indicarles tan solo las coordenadas de una posición GPS donde deberán encontrarse con compañeros con los que atravesarán conjuntamente la demarcación fronteriza.

Hay una suerte de hoja de ruta que circula mediante mensajes en Facebook que detalla las diferentes etapas del viaje por TurquíaGreciaMacedoniaBulgariaSerbia y Hungría, en la que se incluye, en árabe, bajo el título Attariq ila Alemania (el camino a Alemania), las diferentes escalas, los medios de transporte a emplear (barco, autobús, tren...) e incluso los precios a pagar en cada trayecto. «Esto es lo que ha empleado mi hermano para el viaje; no quería ser alistado en el Ejército de Asad; gracias a Dios, ya está en Grecia», dice un sirio residente en Barcelona.