VIOLENCIA EN UN PAÍS EUROPEO

Rebeldes prorrusos matan a 14 soldados ucranianos

La OTAN detecta movimientos de tropas rusas en la frontera y confía en un repliegue

El cuerpo de uno de los soldados muertos ayer cubierto con una manta.

El cuerpo de uno de los soldados muertos ayer cubierto con una manta.

IRENE SAVIO
KIEV

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Asolo tres días de las elecciones presidenciales en Ucrania, la violencia aumenta vertiginosamente. El Ejército sufrió ayer  dos mortíferos ataques en las provincias rebeldes de Donetsk y Lugansk, en el este del país. Según el presidente del país, Alexánder Tuchínov, 14 soldados murieron. Las fuerzas prorrusas, por su lado, elevaron la cifra a 20 fallecidos y a 42 los heridos, aunque sin aclarar cuántos correspondían a cada bando.

En la provincia de Lugansk, donde los insurgentes informaron sobre el inicio de una «gran ofensiva de la Guardia Nacional» ucraniana y decretaron el estado de excepción

—movilizando a todos los varones de 18 a 45 años—, murió en la madrugada un soldado cerca de la localidad de Rubézhnoe y varios resultaron heridos en Lugánskaya.

SENTIR PATRIÓTICO / El ataque más mortífero se registró, sin embargo, en los alrededores de la localidad de Volnovaja, a unos 60 kilómetros al sur de Donetsk, en la carretera que enlaza esa ciudad y la estratégica zona portuaria de Mariúpol.

Fuentes militares ucranianas se quejaron ayer a este periódico de las carencias y la mala organización de las tropas en esta zona este del país. «Los soldados tienen sentir patriótico, pero están decepcionados por la mala organización de las acciones militares», denunciaron. «A menudo les falta incluso comida y ropa», admitió Jaroslav Gonchar, el segundo jefe del batallón del Ejército ucraniano Azov, que se halla en la zona.

La falta de recursos y la improvisación de las autoridades de Kiev en la gestión del conflicto es visible también en la capital, donde ayer se propagó la noticia de que algunos miembros de las fuerzas del orden están vendiendo sus chalecos antibalas para recaudar algo de dinero.

La OTAN, por su lado, dijo haber detectado movimientos de tropas rusas a la largo de la frontera con Ucrania, lo que «podría sugerir» una retirada parcial de los más de 40.000 militares desplegados en esta zona. «Espero que sea el inicio de una retirada completa y real», dijo el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.