Un punto de no retorno

La reapertura de embajadas está en la agenda del diálogo de las dos delegaciones

KIM AMOR / LA HABANA

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Muchos cubanos esperan que las negociaciones bilaterales que empieza hoy en La Habana entre Cuba y EEUU signifique un punto de no retorno. Ambas partes deben diseñar el escenario que permitirá a los dos gobiernos establecer relaciones diplomáticas, rotas hace más de 50 años. Aunque el levantamiento del embargo no depende de estas conversaciones -es el Congreso de EEUU el que tiene la última palabra y el Legislativo está dominado por los republicanos- el deshielo diplomático es un paso previo imprescindible para alcanzar el objetivo que se ha marcado el presidente de EEUU, Barack Obama. «Estos 50 años han demostrado que el aislamiento no funciona. Es hora de tener una nueva estrategia», dijo tras anunciar al mundo, el pasado 17 de diciembre, el sorprendente cambio de rumbo.

Para Obama, poner fin a la guerra fría con Cuba es la mejor manera de recuperarse de sus grandes fracasos en política exterior en Oriente Próximo, donde crece el yihadismo y el eterno conflicto israelo-palestino permanece estancado. La buena voluntad prevalece entre La Habana y Washington, aunque el presidente cubano, Raúl Castro, ya advirtió en su día que «para mejorar las relaciones con EEUU, no debe pretenderse que Cuba renuncie a las ideas y principios socialistas por los que ha luchado durante más de medio siglo». Venezuela, hasta ahora el gran aliado de Cuba, pierde fuelle económico, por el desplome del precio del crudo, y el régimen cubano no puede permitirse un nuevo desplome económico, como en los 90.

Hasta el día de hoy se ha llegado tras 18 meses de negociaciones secretas en las que han participado altos funcionarios cubanos y estadounidenses y que se han traducido en medidas de uno y otro bando que han medio abierto el telón de acero que separaba a ambos países. Uno de las medidas de distensión más significativas fue el reciente intercambio de detenidos, dos estadounidenses -un contratista y un espía- por cinco espías cubanos. La Habana también ha respondido a la solicitud de Washington de poner en libertad a 53 presos políticos. Continúa, sin embargo, con mano dura contra la disidencia interna. A principios de este mes, fueron detenidos varios opositores que iban a hacer un acto de protesta en la plaza de la Revolución. Los detenidos fueron liberados a las pocas horas, aunque a algunos se les retiró el pasaporte.

La emigración

Las conversaciones tendrán lugar en el Palacio de Convenciones de La Habana y la jornada de hoy se centrará en «evaluar la marcha de los acuerdos migratorios y las acciones emprendidas por ambas partes para afrontar la emigración ilegal y el tráfico de emigrantes». La Habana ha flexibilizado las restricciones migratorias a sus ciudadanos y lo mismo ha hecho el Gobierno de Obama para aquellos estadounidenses que deseen desplazarse a la isla. Se ha autorizado el uso de tarjetas de crédito, se ha ampliado los límites de gasto en la isla -400 dólares (340 euros)- , se ha ampliado de 500 a 2.000 dólares por trimestre el envío de dinero y se ha dado luz verde a las líneas aéreas de EEUU para operar con Cuba.

Mañanas, ambas delegaciones abordarán el «proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas». Al frente de las dos delegaciones hay dos mujeres. Por EEUU, la secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y por el lado cubano, la directora general de EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal Ferrero.