Rajoy pide a los griegos votar 'sí' para echar a Tsipras si no pacta

Un empleado municipal del Ayuntamiento de Tesalónica, ayer, con las urnas que se usarán en el referéndum.

Un empleado municipal del Ayuntamiento de Tesalónica, ayer, con las urnas que se usarán en el referéndum.

GEMMA ROBLES / MADRID

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No se ha atrevido Mariano Rajoy a entrar en campaña por el referéndum griego hasta que no lo habían hecho el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y otros mandatarios. No en vano, la estrategia gubernamental pasa por no desmarcarse de la Unión para que, de esta forma, haya menos tentaciones de hacer previsiones económicas sobre posibles consecuencias de un Grexit Grexitpara España al margen de sus socios fundamentales. La tesis es que moverse en bloque protege mejor de las tentaciones de los mercados. Así que una vez que las autoridades europeas y algunos otros primeros ministros habían dado el paso, Rajoy se ha lanzado. «Lo que veo es que si gana el  y Alexis Tsipras pierde el referéndum, será bueno para Grecia porque se podrá negociar con otro Gobierno. Pero si gana el no, no tendrán más remedio que salir del euro», ha enfatizado en declaraciones a la Cope.

Tras animar de esta forma a los griegos a que echen a su máximo responsable si no se aviene a las razones que le marcan los socios, Rajoy ha querido dejar claro que, en todo caso, es partidario del acuerdo y de que Grecia no abandone el euro, por lo que ha abogado por que se cumplan los compromisos adquiridos en los últimos años y se hagan reformas con urgencia. La intervención de Rajoy en la Cope, no obstante, se ha producido a las nueve de la mañana, mucho antes de que Grecia haya pedido un tercer rescate y el Eurogrupo convocara una teleconferencia de urgencia.

«Esperamos que Grecia no se vaya del euro. Eso sería muy malo para los griegos y tampoco sería bueno para Europa, pero continuaría con su moneda. No tendrían por qué producirse acontecimientos de la misma gravedad que si España estuviera en la misma situación por la que atravesó en el 2012», ha agregado. No ha entrado tampoco el líder de los conservadores en el debate de una posible nueva quita, limitándose a incidir en que Europa y sus estados quieren seguir siendo «solidarios» con los ciudadanos griegos, «que no tienen la culpa de esto», pero a cambio de unas condiciones.

CONSECUENCIAS EN EL DÉFICIT

Sobre las consecuencias que para España podría tener que no se le devuelvan los 26.000 millones prestados, el presidente ha dicho que eso se traduciría en 2,5 puntos de déficit, «lo que está muy mal». Lo que no ha explicado es cuándo se computarían esos puntos, si ahora ante la hipotética negativa de Tsipras o en un futuro, ya que en realidad el pago del capital de la deuda griega está previsto para dentro de 30 años, sin ser posible adivinar cuántos cambios de Gobierno o de posiciones se darán en tres décadas en Grecia o en la propia UE.

Finalmente, ha hecho hincapié en que el escenario más positivo es un acuerdo que conlleve el cumplimiento de los «deberes» que tienen los griegos y que permita que continúen los programas de solidaridad. Además, ha repetido que las reformas estructurales son el camino para dejar atrás la crisis, poniendo como ejemplo las aprobadas por su propio Ejecutivo en los últimos tres años que, a tenor del ritmo de crecimiento actual que muestra el país, «han merecido la pena» y le servirán, ha asegurado, para pedir que revaliden la confianza en el PP en las generales.

«Yo no sé qué es el voto del miedo. Lo que sé es que voy a pedir el voto porque España está en trance de superar la mayor crisis que ha vivido en décadas y sería un error volver a políticas que generaron esa crisis o a las del siglo XIX. Yo no quiero vivir en un país donde se tomen medidas como las de Grecia y vivir después con un corralito», ha concluido.