¿Qué le pasa al dictador?

El hermetismo y secretismo son dos de las principales características del régimen totalitario de Corea del Norte. Por eso ha sorprendido que la cadena de televisión norcoreana informara a la población de que el líder supremo, Kim Jong-un, de 31 años, padece un problema físico. Eso sí, sin especificar de qué dolencia se trata.

Es la primera vez que los medios norcoreanos mencionan que uno de sus líderes sufre algún tipo problema de salud.

Los rumores sobre su dolencia se dispararon ayer cuando no asistió a la sesión extraordinaria de la Asamblea Popular (Parlamento), que se reúne cada año. Jong-un ha sido una figura omnipresente en los medios oficiales desde que sucedió a su padre Kim Jong-Il, en el mes de diciembre del 2011.

La última vez que se le vio públicamente fue el pasado 3 de septiembre, cuando asistió a un concierto junto a su esposa, Ri Sol-Ju. Desde entonces nada se sabe.

La información de la televisión norcoreana -recogida por la agencia de noticias japonesa especializada en Corea del Norte, Radiopress- iba acompañada de una serie de imágenes, al parecer del pasado mes de julio, en las que se veía a Jong-un con una visible cojera mientras realizaba una de sus visitas públicas.

La agencia surcoreana de noticias Yonhap, por su lado, citando a una fuente anónima «cercana a la política norcoreana», afirmó ayer que Jung-un padece gota, «lo que explicaría su cojera» como producto de sus malos hábitos alimenticios y su consumo excesivo de alcohol, así como a factores genéticos.

Herencia familiar

Tanto su padre, Kim Jong-il, como su abuelo, Kim Il-sung, fundador del país, padecieron gota, al igual que Kim Jong-nam, hermano mayor de Kim Jong-un.

La fuente ha añadido que el actual líder norcoreano podría sufrir también «hiperuricemia, hiperlipidemia, obesidad, diabetes y presión arterial alta».