barbaridades del régimen estalinista de pyonyang

Purga en Corea del Norte

El ministro norcoreano de Hyon Yong Chol, fulminado por el presidente, en una imagen de archivo de enero.

El ministro norcoreano de Hyon Yong Chol, fulminado por el presidente, en una imagen de archivo de enero.

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Cuentan los huidos de Corea del Norte que nunca se sabe cuándo terminan los actos oficiales porque los aplausos se alargan irremediablemente por el terror a ser el primero en parar. El ministro de Defensa olvidó que la devoción no sólo se tiene sino que se demuestra en Pyonyang. Sus bostezos en un acto presidido por el tirano Kim Jong-un le condenaron. El método elegido, un cañón antiaéreo, apuntala la reputación de excéntrica brutalidad del régimen estalinista.

Imágenes de satélite indicaron que Pyonyang ya había utilizado ese arma en ejecuciones en octubre, según el Comité de Derechos Humanos en Corea del Norte con sede en EEUU. Los reos habrían sido colocados a 30 metros de un arma con un alcance de 8 kilómetros. El resultado son cuerpos pulverizados.

La ejecución ha sido revelada por la agencia de espionaje surcoreana en una reunión parlamentaria a puerta cerrada, según la agencia nacional Yonhap. El incumplimiento de algunas instrucciones del líder norcoreano también habría influido en su ejecución, añade. Hyon Yong Chol murió en una ceremonia pública ante cientos de espectadores en una academia militar de la capital el 30 de abril, ha afirmado el parlamentario Shin Kyoung-min.

Opacidad informativa

Es aconsejable manejar con tacto cualquier información de Pyonyang porque el espionaje surcoreano y estadounidense acumulan décadas de errores y por el mundo ya circuló la falsa noticia de una ejecución con jaurías de perros hambrientos. Y sólo la reciente aparición pública de la primera dama, Ri Yong-ho, acalló los rumores de su muerte.

La agencia norcoreana de noticias no lo ha confirmado y el régimen tampoco ha borrado su rastro de las hemerotecas ni imágenes televisivas como dicta el manual leninista. Pero los parlamentarios insisten en que esta vez las fuentes son variadas y sólidas. «Cuando el NIS -la agencia de información surcoreana- habla de forma oficial son relativamente fiables. Hay buenas razones para creerlo, aunque no lo sabemos al 100%», ha juzgado Andrei Lankov, posiblemente el mayor experto de Corea del Norte, a la agencia Reuters.

No hubo indicios de que el vicemariscal Hyon, con un cargo equiparable al de ministro de Defensa, hubiera caído en desgracia. El mes pasado había encabezado la delegación norcoreana en un seminario sobre seguridad en Moscú y la víspera de su ejecución atendió una actuación musical en el Palacio de la Cultura Popular de Pyonyang. Los plazos sugieren un cese fulminante. Kim Jong-un había excusado su presencia en los actos del aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Rusia para resolver «asuntos domésticos».

Sorpresa de los expertos

La noticia ha sorprendido a los norcoreólogos, ese gremio consagrado al inasible conocimiento del país asiático. Hyon era un peso pesado, un pertinaz acompañante del tirano en cualquier inspección militar y un superviviente de la vieja guardia heredada del padre del actual dictador, Kim Jong-il. Incluso en la volátil política norcoreana, Hyon parecía seguro.

Nació en 1940 en la provincia de Hamgyo'ng del Norte y empezó su carrera militar desde abajo en 1966. Su escalada, tan silenciosa como imparable, dio un salto en 2010 cuando fue nombrado general con cuatro estrellas. Dos años después relevó como jefe del Ejército a Ri Yong-ho y en 2014 alcanzó la cúspide en el Ministerio de Defensa, el más importante.

La ejecución generó la habitual tormenta de especulaciones contradictorias. Sería una prueba de su debilidad impulsada por el miedo o de su control absoluto, confirmaría que ha afianzado su poder o que está a punto de perderlo. Los expertos más honestos reconocen que no se sabe mucho más hoy de lo que ocurre en palacio que cuando su abuelo inauguró la dinastía Kim.

El Ministerio de Unificación surcoreano ha calificado su ejecución de un acto más en la «solidificación del liderazgo monolítico de Kim Jong-un a través de una atmósfera de terror». El método sugiere una finalidad disuasoria hacia otros desleales. El abuelo y el padre de Kim Jong-un habían perpetrado cíclicas purgas.

Incluso la llegada al poder de Kim Jong-un vino precedida por una depuración tan enérgica que muchos embajadores temían regresar para los funerales. Pero el último de la estirpe ha adelantado a sus antepasados. El tiempo ha arruinado las esperanzas. Cuando heredó el poder en 2011 se especuló con un líder reformista al estilo de Gorbachov o Deng Xiaoping. El treintañero de rostro ovalado había estudiado en Suiza, era fan de Michael Jackson y relajó la ortodoxia antioccidental. Pero dos lanzamientos de misiles y un ensayo nuclear en dos años desengañaron a los optimistas.