Austria aplaza las presidenciales por desperfectos en los sobres del voto por correo

El Gobierno de Austria anunció este lunes que aplaza al 4 de diciembre la repetición de las elecciones presidencialesque estaban previstas celebrar el 2 de octubre, por fallos de producción en las papeletas de voto por correo.

El aplazamiento se debe a la aparición de numerosos sobres con pegamento defectuoso, que al no cerrar bien el envoltorio invalidarían el voto, lo que podría causar una nueva impugnación de los comicios, como sucedió en la anterior votación, anulada en mayo por irregularidades en el recuento del voto por correo.

Los votos por correo fueron cruciales en la segunda ronda electoral, el pasado 22 de mayo, que ganó el candidato ecologista, Alexander Van der Bellen, por un estrecho margen, tan solo 31.000 papeletas, al ultraderechista Norbert Hofer. En esos comicios, el voto por correo representó el 16,7% del total.

Sin embargo, Hofer y su partido, el FPÖ, una de las formaciones políticas de extrema derecha mejor implantadas en Europa, impugnaron las elecciones por supuestas irregularidades formales en el recuento del voto por correo. 

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El ministro austríaco del Interior, el conservador Wolfgang Sobotka, ha pedido "disculpas" de parte del Gobierno a los electores y a los candidatos y ha reconoció que este nuevo aplazamiento daña la imagen del país, aunque ha advertido que se trata de un problema "técnico". "Si esto lo hacemos con un proceso transparente demostramos que tenemos un Estado de derecho de máximo nivel", ha señalado.

La nueva fecha ha sido consensuada por el Parlamento. El portavoz de la Cámara, Andreas Schieder, ha asegurado ante la prensa que las formaciones han optado por el 4 de diciembre ya que por razones técnicas y organizativas el 27 de noviembre -la otra fecha propuesta- era demasiado pronto para garantizar que los problemas podrían solucionarse.

Los ultraderechistas del FPÖ han criticado la decisión de posponer los comicios al considerar al Gobierno incapaz de garantizar el voto, además de dejar al país en el ridículo. "El Gobierno es incapaz de asegurar una elecciones limpias", ha dicho  el secretario del FPÖ, Herbert Kickl.

El avance espectacular de la extrema derecha en Austria, en el marco de la crisis de los refugiados en Europa, es un ejemplo más del cremiento del populismo de derechas en el viejo continente. Una victoria de Hofer en las presidenciales no solo colocaría al frente de un país de la Unión Europea por primera vez a un jefe de Estado de extrema derecha sino que daría alas al FPÖ para las elecciones legislativas, previstas para el 2018. Aunque el papel del presidente en Austria es honorífico, el jefe del Estado puede teóricamente utilizar ciertas prerrogativas importantes.

Para el politólogo Thomas Hofer es muy difícil determinar a quien puede beneficiar más este contratiempo, si a Alexander Van der Bellen o a Norbert Hofer, aunque asegura que "la confianza en las instituciones democráticas ya era débil y ese episodio la ha debilitado todavía más". "A largo plazo, esta situación beneficiará a la FPÖ, que siempre ha mantenido que el sistema se encuentra en la cuerda floja", ha dicho a la agencia AFP.

NUEVOS ELECTORES

Las autoridades austriacas también han decidido este lunes abrir el proceso electoral a nuevos electores que hayan cumplido la edad legal para votar en los últimos meses, 16 años. Hasta ahora se había decidido repetir las elecciones con el mismo censo de las presidenciales celebradas el 22 de mayo.

Sin embargo, según datos oficiales, desde el 22 de mayo han muerto unas 34.000 personas con derecho a voto, una cifra mayor que la diferencia de sufragios entre el vencedor y el perdedor de la anterior cita electoral. Para corregir esa situación las formaciones políticas austríacas han decidido abrir los comicios a nuevos electores.

Austria, país de 8,7 millones de habitantes, ha sido gobernado desde el fin de la segunda guerra mundial por los socialdemócratas del SPÖ o los conservadores del ÖVP, nornalmente en coalición.