La situación económica en Latinoamérica

Tuits contra el FMI

Cristina Fernández de Kirchner, la semana pasada.

Cristina Fernández de Kirchner, la semana pasada.

A. G.
BUENOS AIRES

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Cristina Fernández de Kirchner se propone hacer de twitter algo más que una tribuna virtual. @CFKArgentina tiene 1,576 millones de seguidores. Un 80% de ellos son jóvenes. El pasado fin de semana, la presidenta hizo un uso compulsivo de la red social: escribió 30 mensajes en 21 minutos. El tema, naturalmente, la obligaba a fijar su postura en más de 140 caracteres: la declaración de censura que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aplicó contra Buenos Aires. «Argentina es mala palabra para el sistema financiero global de rapiña y sus derivados»porque«sin acceso al mercado financiero internacional, creció en 10 años el 90% de su PIB», escribió primero.

El FMI hizo esa inédita censura porque cree que son inverosímiles las mediciones de la inflación del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El INDEC tiene aquí tanta credibilidad como una ficción futurista: concluyó que el costo de la vida de 2012 subió un 10%. Para las consultoras privadas, habría que multiplicar ese número por tres.

Plazo de ocho meses

El FMI le ha dado al Gobierno ocho meses para que las estadísticas oficiales vuelvan a ser creíbles. De lo contrario, contempla una serie de sanciones escalonadas que van desde recomendar que Argentina no acceda a préstamos -algo que, en los hechos, este país no hace desde el 2006- a perder su derecho a voto dentro del organismo. Si Buenos Aires sigue reacia a alinearse con las pautas internacionales de medición, el FMI puede iniciar un proceso de expulsión del organismo.

La sanción hizo que los dedos de la presidenta se agitaran como colibrís sobre el teclado de su teléfono inteligente. Fernández de Kirchner recordó la decisión de su difunto esposo, Néstor Kirchner, de cancelar por completo una deuda con el FMI de 9.810 millones de dólares. Esa medida que, según el Gobierno, se convirtió en un«mal ejemplo para el sistema financiero», fue adoptada con el alegado propósito de llevar adelante un programa económico ajeno a los postulados del Fondo.

En diciembre del 2005, su director era Rodrigo Rato, de quien la presidenta se acordó puntillosamente. «¿Dónde estaba el FMI que no pudo advertir ninguna crisis?», escribió. Y:«¿Dónde estaba uno de sus exdirectores, cuando Bankia, que él dirigía, debió ser auxiliado con miles de millones de euros?»

Argentina hizo saber que adoptará medidas para reemplazar el sistema vigente de medición de precios al consumidor, lo que, en los hechos, es un reconocimiento de que la inflación no puede seguir maquillándose. Pero ello no atenúa las acusaciones de la presidenta.«¿Se conoce alguna sanción del FMI, alguna decisión sobre quienes se enriquecieron y fundieron el mundo?»

La censura del FMI se ha conocido en un mes crucial. A fines de febrero, la Cámara de Apelaciones de Nueva York debe pronunciarse sobre la disputa que Argentina tiene con un grupo de tenedores de bonos internacionales que no aceptaron restructurar el pago de la deuda y reclaman el cobro de 1.350 millones de dólares. Por eso, su diatriba terminó:«FMI+FBI contra Argentina». No estaba hablando de los agentes federales de EEUU: «El FBI son los FondosBuitres Internacionales».