El lado tenebroso de la justicia china

China abre la puerta a la reforma de los campos de reeducación

Presos chinos regresan tras recolectar algodón en un campo de Hubei (centro).

Presos chinos regresan tras recolectar algodón en un campo de Hubei (centro).

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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China camina hacia la normalización judicial. Pekín anunció que reformará los campos de reeducación por trabajo (RTL en sus siglas inglesas), un sistema que permite encerrar a una persona durante tres años -más otro si hay mal comportamiento- al margen de las instituciones de justicia. Lo anunció la agencia estatal, Xinhua, sin ofrecer detalles sobre los cambios. El anuncio aguó el júbilo aún mayor que había causado horas antes la publicación en medios chinos de que sería erradicado. Esas primeras informaciones fueron borradas después. Pero la reforma ya es por sí sola una fenomenal noticia. Las organizaciones de derechos humanos aplaudieron la medida, pero aconsejaron calma.

La degeneración del sistema de RTL (laodong jiaoyangen mandarín) faculta en la práctica a policías y funcionarios a castigar sin molestas intrusiones de abogados ni jueces. Los RTL fueron utilizados sin mesura durante la campaña anticorrupción en Chongqing ordenada por Bo Xilai, el líder cesado precisamente por corrupto, para acallar a sus críticos y rivales. El bloguero Fang Hong ha demandado al Gobierno local tras pasar un año en uno de ellos por colgar un poema satírico en la red.

Casos recientes han recalentado el debate en la sociedad sobre el encaje en la China actual de un sistema creado durante lo más crudo de las purgas maoístas. Algunas críticas han salido incluso de los medios oficialistas. Las nuevas regulaciones, que serán aprobadas en la Asamblea Nacional Popular en marzo, son un síntoma de la mayor apertura política del Gobierno chino encabezado por Xi Jinping.

¿REFORMA O ABOLICIÓN ?/ Los RTL integran el debate ideológico vigente en la política nacional. Las facciones reformistas piden su abolición como parte del empuje democrático exigido a los nuevos líderes. Las tradicionalistas, quienes subrayan su contribución a mantener la sociedad armoniosa, defienden que bastaría su reforma para evitar los excesos. Cada vez más chinos salen a la calle para protestar por la corrupción de su Gobierno local, por la fábrica contaminante levantada frente a sus casas o por la evicción forzosa de sus tierras. Uno de los retos de Pekín es gestionar ese descontento con medios que vayan más allá de la tradicional censura, la intervención policial o la amenaza de los RTL.

Jiang Wei, el jefe del comité gubernamental sobre reformas legislativas, anunció en octubre que el sistema sería modificado «debido al consenso que ha alcanzado la sociedad china», pero no abolido. Fue el primer indicio reformista claro de Pekín. «Hace años que se rumorea que los RTL se incluirán en la Ley de Procedimiento Legal y se creará un tribunal que supervise el proceso. Pero la reforma de esa ley, que entrará en vigor en 2013, aún no la incluye», desvela poremailMargaret Lewis, profesora de la Seton Hill University y experta en leyes chinas.

Lewis se muestra optimista por el acentuado clima de cambio. «Tengo esperanzas de que habrá modificaciones para permitir una mayor supervisión en un proceso ahora ejercido solo por la policía. El sistema solo salvaguardará los derechos humanos con reformas sustanciales sobre los mecanismos que permiten la privación de libertad. Por ejemplo, con un acceso a la defensa legal».

«Es difícil saber si las decisiones son justas en la actualidad porque ni siquiera se exige una sentencia escrita que explique cómo se tomaron», opina por teléfono Li Fangping, un abogado especializado en causas civiles, que firmó con otros nueve abogados una carta abierta a los ministerios de Justicia y Seguridad Pública donde denunciaban los abusos de poder. La carta fue recogida en elChina Daily, el portavoz oficioso de Pekín, que nunca publicaría algo socialmente sensible sin la aprobación de arriba. .

LA MADRE CORAJE / El sistema ha amparado en los últimos años injusticias sangrantes. Ninguna fue tan célebre como la de Tang Hui, condenada en agosto a 18 meses por «perturbar seriamente el orden y ejercer un impacto negativo en la sociedad». Tang llevaba meses exigiendo en los foros públicos penas más duras para los siete hombres que habían secuestrado, violado y forzado a prostituirse a su hija de 11 años. La red hirvió de indignación y la «madre coraje» fue liberada apenas una semana más tarde después de recibir el apoyo de abogados, blogueros y prensa oficial.