Irán, el fin de una esperanza

El Movimiento Verde ha sucumbido a la brutal represión de los jerarcas más duros del régimen iraní

Partidarias del candidato Said Yalili, el miércoles, durante un acto de la campaña electoral en Teherán.

Partidarias del candidato Said Yalili, el miércoles, durante un acto de la campaña electoral en Teherán. / AT PT CDA

KIM AMOR / Barcelona

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Los últimos cuatro años de presidencia de Mahmud Ahmadineyad, que expiran ahora al igual que su mandato, han servido, entre otras cosas, para dar el golpe de gracia al Movimiento Verde, las multitudinarias manifestaciones de protesta que arrancaron hace ahora cuatro años tras conocerse los resultados oficiales de las elecciones presidenciales del 2009, que permitieron a Ahmadineyad renovar su mandato, y que la oposición, liderada entonces por el candidato reformista, Mirhusein Musavi, calificó de "fraude masivo".

El movimiento de protesta fue tan grande ¿en Teherán llegaron a concentrarse más de dos millones de personas¿ que el régimen decidió cerrar el país al mundo. La prensa que había acudido a cubrir los comicios tuvo que abandonar Irán al expirar los visados y no aceptar las autoridades prorrogar los. Las calles de la capital, escenario de auténticas batallas urbanas, se llenaron de fuerzas de seguridad y de milicianos islamistas armados, los temidos basijis. La represión fue brutal, con centenares de muertos, miles de heridos y de detenidos.

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