Presos de la incertidumbre

Británicos residentes hace años en Barcelona y españoles que viven en el Reino Unido muestran su preocupación por los efectos que puede tener el 'brexit' en sus vidas

Británicos en el pub inglés Black Horse de Barcelona.

Británicos en el pub inglés Black Horse de Barcelona. / periodico

KIM AMOR / BARCELONA

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“Estoy tan indignada y asqueada que he decidido renunciar al pasaporte británico que de poco me sirve, ni siquiera he podido votar en este referéndum”. Como muchos británicos residentes en Barcelona y contrarios al ‘brexit’, Catherine Sherry ha amanecido de lo más contrariada. No se podía creer el “inesperado” resultado de la consulta. “Un desastre, un gesto agresivo que va a crear división dentro del Reino Unido y toda Europa”, dice.

Sherry, nacida hace 40 años en Newcastle y traductora e intérprete de profesión, no ha podido votar porque lleva más de quince años residiendo fuera de su país, en concreto diecinueve en Barcelona. “Yo quiero seguir siendo ciudadana de la Unión Europea, así que voy a empezar a gestionar la nacionalidad española”, afirma. De hecho, ya empezó hace tres meses a informarse de cómo hacerlo, “por si acaso”.

“No sé lo que va a pasar, no creo que me acaben echando de España”, añade. En su opinión, el Reino Unido ha dado “un paso hacia atrás”. “El perfil del votante que ha votado por el ‘brexit’ es mayor de 65 años, gente que no mira hacia el futuro sino hacia atrás, con una mentalidad patriótica hacia los viejos tiempos del imperio británico. Han votado sin ser conscientes de las consecuencias".

ELECTOR SIN VOTO

Greg Goodwin, de Manchester, también se plantea solicitar la nacionalidad española. Hace 18 años que es vecino de Barcelona, trabajando como fotógrafo y profesor de inglés, y, como Sherry, no ha podido votar. “No puedo votar aquí, ni tampoco en el Reino Unido”,  dice con cierta amargura. “Soy un hombre sin voz”.  Europeísta -“no sé quiénes son esos que han votado por el ‘brexit’, todo mi entorno ha votado por el ’Remain’”- a Goodwin le preocupa su “futuro” en Barcelona. “No sé si voy a poder seguir viviendo y trabajando aquí. El resultado ha creado una gran incertidumbre”.

“Me encuentro en estado de shock”, admite, por su lado, Joanne Johnson, directora pedagógica del CIC idiomas de Barcelona, ciudad donde vive desde hace dos décadas. “Ha sido esta mañana cuando me he preguntado por primera vez de verdad: ¿Y ahora qué? ¿Qué estatus tendremos los ingleses que llevamos muchos años aquí?”, señala. “Me siento muy inglesa y muy europea ¿Tengo que elegir? ¿Necesitaré un permiso de trabajo? ¿Me tendré que nacionalizar española? Son dudas que tengo ahora”, admite.

Dudas e incertidumbres que son, en el fondo, las mismas que han surgido entre los españoles que residen en el Reino Unido (200.000), preocupados también por su futuro. “Además de las cuestiones puramente burocráticas, como pensiones, permisos de trabajo y demás”, dice Martín Bueno, que ha pasado quince de sus 51 años viviendo en Londres trabajando en el mundo del cine, “tengo la sensación de haber sido traicionado, de ya no ser bienvenido a este país y de rechazo”, señala. “Después de tanos años residiendo en Inglaterra acabé sintiendo que formaba parte de este país, pero ahora parece que todo ha cambiado”.

APOYO A LOS ESTUDIANTES

Montse Romero, una catalana que lleva 10 años en la capital británica, habla también de sentirse “una extraña” en la ciudad donde ha vivido tanto tiempo. Madre de dos hijas, la mayor empieza la universidad el curso que viene en Leeds y le preocupa que las condiciones de matrícula y demás puedan cambiar los próximos años. En todo caso, Romero, que trabaja como relaciones públicas en un restaurante londinense, cree que “no hay que precipitarse a la hora de sacar conclusiones. Hay que esperar a ver lo que pasa”.

También está inquieta por sus estudios Amanda Mauri, una joven que lleva dos años cursando historia en la universidad de Liverpool. “Todos mis amigos de la universidad y profesores están con la moral baja”, afirma. Según explica, la vice-rectora ha enviado un email colectivo a los alumnos en el que muestra su ”decepción” por el ‘brexit’ y pide a los estudiantes británicos que “consuelen” a los europeos.

De 20 años, a Mauri le queda un año para acabar la carrera y después le gustaría hacer un Máster, pero teme que para entonces las condiciones hayan cambiado. La falta de estudiantes no británicos como consecuencia del 'brexit' supondrá “una pérdida de riqueza cultural en las universidades del Reino Unido”, concluye.