ALERTA NUCLEAR EN JAPÓN

El presidente de Tepco, hospitalizado

Masataka Shimizu, de baja desde el 16 de marzo, sufre un cuadro de hipertensión arterial

El presidente de Tepco, Masataka Shimizum, durante una visita a una central nuclear, en mayo del 2009, en Kashiwazaki.

El presidente de Tepco, Masataka Shimizum, durante una visita a una central nuclear, en mayo del 2009, en Kashiwazaki. / TH/AT

AFP / Tokio

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El presidente de la empresa Tokio Electric Power (Tepco), responsable de la gestión de la central nuclear de Fukushima, gravemente dañada por el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 de marzo, está hospitalizado desde anoche, según ha confirmado este miércoles la compañía, tras sufrir un cuadro de hipertensión arterial.

Masataka Shimizy, de 66 años, está de baja por enfermedad desde el pasado 16 de marzo, cinco días después del seísmo que devastó la costa noreste de Japón y que ha situado al país al borde del desastre nuclear. Shimizy abandonó entonces el comité de crisis constituido por Tepco y por el Gobierno nipón para gestionar la situación en la central de Fukushima. El 13 de marzo, un día después de que se hiciera pública la gravedad de la situación en la planta, fue el último día en que se le vio en público, hecho que ha sido muy criticado por los medios nipones.

El vicepresidente de Tepco, Sakae Muto, ha tomado las riendas de la compañía y de la gestión de la crisis en la central nuclear, donde los operarios de la empresa trabajan a destajo para enfriar los seis reactores.

Comparecencia frustrada

Casualmente, Shimizy debía comparecer este miércoles en una conferencia de prensa para evaluar la situación en la central, pero será sustituido por el presidente honorífico de Tepco, Tsunehisa Katsumata, según ha indicado un portavoz de la compañía.

Desde el pasado 11 de marzo, las acciones de Tepco han perdido un 78% de su valor en la Bolsa de Tokio. Este miércoles, los títulos han caído un 17,66% después de que el hallazgo de plutonio en la planta y de yodo radiactivo en el agua del mar de la zona han agravado la situación, que los operarios de la empresa no logran, pese a sus esfuerzos sobrehumanos, controlar.

El Gobierno nipón ha reconocido que no excluye, una vez superada la crisis, proceder a una nacionalización parcial del grupo.