GALARDÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO

El premio Sajárov insta a actuar contra la agresión sexual en guerras

Juncker con Mukwege, ayer en Estrasburgo.

Juncker con Mukwege, ayer en Estrasburgo.

MONTSE MARTÍNEZ / BRUSELAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Los cuerpos de las mujeres se han convertido en campo de batalla». Con esta reflexión tan impactante se dirigió ayer al Parlamento Europeo el médico congoleño Denis Mukwege al recibir el Premio Sajárov a la libertad de conciencia. Se refería Mukwege, especialmente, a las mujeres de la República Democrática del Congo víctimas de violaciones en el conflicto armado que asola el país.

El ginecólogo, de 59 años, se ha transformado en un icono internacional en la atención a mujeres víctimas de violencia sexual, a las que continúa recibiendo en el Hospital Panzi de Bukavu, fundado por él mismo en 1998. La Eurocámara ha valorado su labor con la concesión del Premio Sájarov, que anualmente reconoce el esfuerzo personal o colectivo en la defensa de los derechos humanos y los derechos fundamentales. El galardón, dotado de 50.000 euros, lleva el nombre del físico nuclear soviético Nobel de la Paz.

COMPROMISO

«Identifico a cada mujer violada con mi mujer; a cada madre violada, con mi madre y a cada niña violada, con mis hijas», añadió el médico, demostrando su compromiso con las víctimas de la violencia sexual con las que trata no solo las consecuencias patológicas sino también psicológicas y sociales.

El médico se dirigió a los europarlamentarios para agradecerles que con la concesión del galardón hayan llamado la atención del mundo sobre la necesidad de proteger a las mujeres en conflictos armados. «Rechazan la indiferencia frente a una de las mayores catástrofes humanitarias en estos tiempos modernos», se congratuló para advertir, sin embargo, de que el premio no significará nada para las víctimas si no se acompaña de la búsqueda de la paz.

Mukwege hizo un llamamiento a la Unión Europea (EU) y a todos y cada uno de sus Estados miembro a hacer un esfuerzo en la resolución de los conflictos en la región africana. «Hemos pasado demasiado tiempo y energía solucionando las consecuencias de la violencia y ya es hora de abordar las causas», dijo el galardonado durante la entrega del premio en Estrasburgo.

Asistieron también a la ceremonia los representantes de los otros finalistas: Lelyzaveta Shchepetylnynkova, del movimienro ucraniano Euromaidán y Dinara Yunus, hija de Leila Yunus, directora del Instituto Paz y Democracia en Azerbaiyán, donde permanece encarcelada.

FIN DE LA IMPUNIDAD

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, no escatimó muestras de admiración hacia un hombre que combate a favor de la dignidad de la mujer en su país. «Tenemos que acabar con la impunidad de la violación en conflictos armados», aseguró el máximo representante de la Eurocámara para, a renglón seguido, mostrarse a favor de la que violencia sexual sea castigada igual que si de otro crimen de guerra se tratase.

El año pasado, el galardón fue otorgado a la joven paquistaní Malala Yousafzaï, hoy ya Nobel de la Paz, por su lucha para que las niñas tengan derecho a la educación.