MÁRKETING ELECTORAL

Políticos en el comedor de tu casa

En Finlandia han abundado los minidebates con ciudadanos ante las legislativas de este domingo

Una diputada finlandesa (de amarillo), de debate en una casa particular.

Una diputada finlandesa (de amarillo), de debate en una casa particular.

ALBERT GUASCH / BARCELONA

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Un candidato en el comedor de casa. Es la propuesta que ha hecho fortuna en Finlandia. Este domingo en el país nórdico se celebran elecciones legislativas y lo que ha distinguido a esta campaña han sido los más de 50 encuentros que se han organizado con parlamentarios en casas particulares. Políticos y ciudadanos, cara a cara, mirándose a los ojos, sin plasma por en medio, en el calor de un hogar.

Este formato de debate íntimo fue impulsado por una periodista finlandesa de televisión. Hace unos años, en unos anteriores comicios, invitó a su casa a un grupo de amigos para que se las vieran con cinco candidatos durante cinco veladas. Un pica-pica, unos vinos y a debatir civilizadamente. Le agradó el resultado, así que esta vez, a través de internet, encontró la manera de expandir el formato por todo el país.

Efectivamente, otros compatriotas la han emulado. «Se ha convertido en un fenómeno mayor del que había previsto», ha explicado Riina Malhotra, que así se llama la reportera, a la agencia Reuters. Es una manera de que los electores conozcan mejor a los servidores públicos, considera, y «de hacer más entretenida la política», concreta.

Hillary Clinton se ha apuntado al modelo finlandés, aunque con un toque propio (y el de sus múltiples asesores). Tras aventarse que se presentará de nuevo a las elecciones presidenciales del 2016, esta semana la exprimera dama se subió con su equipo a una furgoneta, bautizada como Scooby, y se lanzó a la carretera desde Nueva York hasta Iowa. Unos 1.800 kilómetros. Y una vez allí, en el pequeño Estado en que empiezan siempre las campañas electorales norteamericanas, le organizaron unos encuentros con grupos pequeños.

Un día con un puñado de profesores y estudiantes en una universidad; al siguiente con varios empleados de una distribuidora familiar de fruta. «Es lo que debéis esperar en las próximas semanas: nada de grandes mítines, sino conversaciones reales sobre asuntos que interesan al país», ha explicado Katie Dowd, directora digital de la campaña de Clinton.

'LISTENING TOUR'

En su entorno lo han llamado el 'Listening tour', es decir, que la exsecretaria de Estado hará ver que escucha a la gente y conoce de primera mano sus preocupaciones. «Las dos palabras más importantes en una relación son: 'te escucho'», ha contado al diario digital 'Politico' Paul Begala, un veterano consejero de Clinton. «Esto es una relación. Así que cuando ella organiza diferentes tipos de encuentros, lo que está diciendo es: 'te escucho, te entiendo y te voy a demostrar que he aprendido y voy a ser una mejor candidata y una mejor presidenta gracias a ello'».

Conviene recordar que en el 2008  Hillary Clinton fue en ocasiones acusada de lo peor que se le puede acusar a un candidato, esto es, de vivir alejada de los problemas de la calle, de aislarse en una burbuja de caros asesores y fornidos guardaespaldas, de hacer campaña con el guion en la mano. Fuese o no fuese merecida, la caricatura caló. No es de extrañar, pues, que ahora de entrada busque poner una palada gruesa de tierra sobre esa imagen y se reinvente como una candidata del pueblo.

Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político, la utilización de estos debates en 'petit comité' le parecen un acierto. «Tiene ventajas claras», expone. «Primero de todo, el formato íntimo no es un obstáculo para que se entere todo el mundo: hoy día se puede filmar, se puede distribuir por las redes sociales... Y es un acto político con una alta ecoeficiencia. Humaniza la campaña electoral. Hace que los electores perciban una doble representación: con los políticos por su cercanía y con los ciudadanos con los que este interactúa. El elector no se siente un mero espectador, como en un gran mitin, sino que participa y se convierte en protagonista del acto político, no solo al final con su voto. Por eso es un formato de una gran fuerza».

LAS BARBACOAS

Tanto los candidatos finlandeses como Hillary consolidan una política de máxima proximidad que no es nueva, pero sí más inusual en plena campaña, cuando se trata de llegar a muchos en poco tiempo. En EEUU, el Tea Party hizo bandera de la tradición norteamericana de compartir una merienda o una barbacoa en el jardín de una casa y forjar una alianza ideológica. Y aquí abundan las comidas o cenas en grupos reducidos.

Quizá lo próximo para Hillary y los nórdicos sea irse a dormir a casa de ciudadanos corrientes. Solo que no serían los primeros. En eso, Pasqual Maragall les lleva ventaja.