EN CLAVE EUROPEA

Políticas a favor de los más ricos

Juncker (izq.) saluda a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.

Juncker (izq.) saluda a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.

ELISEO OLIVERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mientras el Eurogrupo presiona a Grecia para que acepte una nueva ola de ajustes y recortes sociales, pese al patente fracaso social y económico de esa política en los últimos cinco años, en países señalados como modelos del éxito de esa estrategia, como España, baja el número de personas con empleo, pese a que la economía está creciendo a un ritmo trimestral del 0,9%.

Durante el primer trimestre de este año, el número de ocupados bajó en 114.300, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La destrucción de empleo aún hubiera sido mayor sin las 29.200 contrataciones en el sector público. Además volvió a disminuir el número de puestos de trabajo a tiempo completo en 130.600, mientras subió el empleo a tiempo parcial, que ya representa el 16,25% del total.

La actual Comisión Europea de Jean-Claude Juncker, como la anterior presidida por José Manuel Durao Barroso, sigue defendiendo a capa y espada la política de «austeridad expansiva», con el respaldo de los gobiernos conservadores, pese a que mantiene anclada a la eurozona en una tasa de crecimiento débil y un nivel de paro récord, mientras que una política económica más expansiva ha permitido en EEUU una recuperación más rápida y efectiva.

Sólo la excesivamente tardía intervención del Banco Central Europeo (BCE), con la compra masiva de deuda pública bajo la batuta de Mario Draghi, está ayudando a la recuperación de la eurozona, al poner fin a las restricciones crediticias y al facilitar la financiación a la economía real.

La actual política de austeridad europea se basa en planteamientos ideológicos de economistas neoliberales, que no han funcionado en el pasado y que olvidan las lecciones de la historia en las grandes crisis de 1929 y de 1873. Esta política es la última expresión de una gigantesca operación de redistribución de la riqueza a favor de los ricos, del sector financiero y de las grandes empresas, que se inició en la década de 1980 y que contó como impulsores al presidente norteamericano, Ronald Reagan, y a la primera ministra británica, Margaret Thatcher.

SECTOR FINANCIERO

Las mejoras laborales y sociales conseguidas después de la segunda guerra mundial se han visto gradualmente recortadas por una política a la medida del sector financiero, de las grandes compañías y del 10% más rico de la sociedad, como han descrito en detalle historiadores, como Tony Judt y Josep Fontana, y economistas, como el Premio Nobel Joseph Stiglitz. Este proceso se ha acelerado aún más desde el inicio de la crisis financiera.

Las rentas salariales han pasado de representar el 66,67% del producto interior bruto (PIB) español en el 1981 a representar sólo el 54,81% en el 2014, según los datos ajustados de la Comisión Europea. A nivel del conjunto de los antiguos 15 miembros de la UE el descenso es algo menos marcado: del 64,05% al 56,83%.

ÉLITE ECONÓMICA

El sistema de redistribución de la riqueza en beneficio de la élite económica y social se realiza, en primer lugar, a través de sucesivas rebajas de impuestos y la creación de deducciones y fórmulas legales para eludir la tributación (sociedades patrimoniales, Sicav, filiales en paraísos fiscales). La reforma fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy es un ejemplo más de ese proceso, como lo fueron las de José María Aznar y José Luís Rodríguez Zapatero. Los grandes beneficiarios de la nueva reforma son las personas con ingresos más elevados (el tipo máximo de tributación bajará del 52% al 45%) y se mejoran las ventajas fiscales para la especulación financiera a corto plazo.

Las sucesivas rebajas de impuestos merman la recaudación y elevan el déficit público, por lo que entonces desde el poder se justifica como inevitable el recorte de los servicios sociales, la protección social, la sanidad y la educación pública y las pensiones, que supone en la práctica un recorte de las rentas disponibles para la mayoría de la sociedad.

RECORTE DE DERECHOS LABORALES

El mecanismo se completa con el recorte de los derechos laborales a través de reformas para abaratar el despido y precarizar las condiciones de trabajo y con la privatización de servicios públicos, a través de la cuál numerosas empresas pasan a enriquecerse a costa de los presupuestos públicos.

El empresario y millonario norteamericano, Warren Buffett, lo ha reconocido en varias ocasiones: «Hay una guerra de clases desde hace más de 20 años y mi clase, los ricos, hemos ganado».