distensión en el caribe

La política de Obama divide a la disidencia interna cubana

La diplomática estadounidense Roberta Jacobson saluda al disidente José Daniel Ferrer, en La Habana, este viernes.

La diplomática estadounidense Roberta Jacobson saluda al disidente José Daniel Ferrer, en La Habana, este viernes.

KIM AMOR / LA HABANA (ENVIADO ESPECIAL)

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La disidencia interna cubana vive con división el cambio de rumbo de la política estadounidense respecto a Cuba. El núcleo duro, agrupado en el recién constituido Foro por los Derechos y las Libertades (FDL), considera un «error» el acercamiento del presidente de EEUUBarack Obama, al régimen comunista,  mientras el más conciliador ve en el deshielo una «medida positiva» para el futuro político y económico del país.

Ambas facciones escenificaron este viernes su división al convocar ruedas de prensa por separado en diferentes lugares de La Habana. «Nosotros pedimos que EEUU deje de ser parte de las negociaciones con el régimen de los hermanos Castro y que pase a ser garante del proceso», dijo el destacado disidente y expreso político Guillermo Fariñas, miembro del FDL. En su opinión, es la «oposición cubana, tanto la interna como la del exilio», la que debe tomar las riendas del  proceso y negociar directamente con el Gobierno cubano.

El FDL, del que forman parte también las Damas de Blanco, movimiento nacido en el 2004 y formado por familiares de detenidos políticos, acusó a la Administración estadounidense de «falta de equidad» a la hora de seleccionar a los interlocutores dentro de la oposición. «Hay muchos compañeros destacados por su lucha por las libertades y la democracia que han sido relegados y eso roza la traición», aseveró Fariñas. El FDL también hace hincapié en la «falta de transparencia» y el «carácter unilateral» del diálogo.

El FDL exige como condiciones previas a todo diálogo y al restablecimiento de relaciones diplomáticas que el Gobierno cubano ratifique el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos de la ONU, que firmó en el 2008, que «libere a todos los presos políticos», que «garantice la libertad de reunión y de expresión» y que se redacte «una nueva ley electoral que permita elecciones libres», entre otros puntos. «Es nuestra hoja de ruta y creemos que lo que pedimos es razonable», sostuvo Antonio Rodiles, otro de los promotores del FDL.

OPOSICIÓN

Una hoja de ruta que no difiere con la de la Unión Patriótica de Cuba (UPC) y el Partido Liberal, representantes de la facción de la oposición que apoya el proceso abierto entre Washington y La Habana. «No esperamos milagros», advirtió José Daniel Ferrer, portavoz del UPC. «Seguimos teniendo la peor situación para las libertades, pero aún así creemos que es un paso positivo». En su opinión, las conversaciones son la mejor herramienta para crear un nuevo escenario que permita avanzar hacia la democracia. «Ahora es el pueblo cubano el que tiene que dar el primer paso». Ferrer reconoció diferencias con el FDL: «Hay que limar diferencias entre nosotros», sostuvo, «porque en el fondo defendemos lo mismo». Entre los partidarios del diálogo está también la conocida bloguera Yoani Sánchez.

La rueda de prensa de la UPC y al PL se llevó a cabo en la sede de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional Cubana, que dirige el veterano activista Elizardo Sánchez, para quien el deshielo «está desdibujando» el discurso del régimen cubano del «enemigo exterior» como causa de las penurias económicas que atraviesa Cuba. «Nosotros siempre hemos defendido el levantamiento del embargo, pero el bloqueo no es el principal causante de los problemas de este país», dijo.

Sánchez aprovechó la presencia de los medios para anunciar una nueva campaña para lograr la liberación de 24 presos políticos, los que llevan más tiempo entre rejas, cuatros de ellos 24 años. Según afirmó, ya han hecho llegar la lista a las autoridades de EEUU para que hagan presión ante el Gobierno cubano.