La policía registra el domicilio parisino del matrimonio Fillon

Agentes de policía pertenecientes a la Oficina central anticorrupción han registrado este jueves el domicilio parisino de François Fillon y su esposa, Penelope, situado en el distrito VII de la capital francesa.

El registro ha sido ordenado por los tres jueces que instruyen el sumario sobre los supuestos empleos ficticios de la esposa y dos de los hijos del candidato conservador a la presidencia francesa.

Tras las revelaciones del semanario ‘Le Canard Enchaîné’ de que Penelope Fillon había cobrado casi un millón de euros por un puesto de asistente parlamentaria de su marido y un contrato en una revista literaria, trabajos que se sospechan falsos, la fiscalía financiera abrió el pasado 24 de enero una investigación por un posible delito de desvío de fondos públicos.

Este miércoles, el cada vez más acorralado candidato de Los Republicanos anunció que había sido convocado por los jueces el próximo 15 de marzo para ser imputado, pero que no se retiraría de la carrera al Elíseo.

UN PARTIDO FRACTURADO

Con la decisión de mantenerse a toda costa pese a su probable imputación y, sobre todo, con el ataque virulento hacia el estamento judicial, a quien acusó de ensañarse con su persona y de cometer un “asesinato político”, Fillon ha fracturado al partido y provocado una fuga constante de ‘barones’ que se descuelgan de la campaña.

La deserción la inició Bruno Le Maire, potencial ministro de Exteriores si Fillon era presidente, y el goteo ha sido desde entonces constante. A Le Maire le han imitado buena parte de los seguidores de Alain Juppé, exprimer ministro de Jacques Chirac, actual alcalde de Burdeos y el rival a quien Fillon venció en las primarias del partido celebradas en noviembre.

Casi sesenta diputados o miembros del equipo de campaña, la mayoría vinculados a Juppé pero también afines al expresidente Nicolas Sarkozy, se han retirado y reclaman a Fillon renunciar a ser candidato. De ahí que sólo cuente ahora con el único apoyo de los ‘fillonistas’ históricos y del movimiento católico y ultraconservador ‘Sens commun’ surgido de los grupos opuestos a la ley sobre el matrimonio homosexual.

"LAS BASES AGUANTAN"

Este escenario de descomposición interna no parece preocupar a Fillon. “Las bases aguantan”, ha dicho al ser preguntado por la cascada de dimisiones. “Yo hago campaña ante los franceses y son ellos los que tendrán que decidir”, ha subrayado.

Desde que estalló el escándalo bautizado como ‘Penelopegate’, todas las miradas se han dirigido hacia Juppé como el mejor ‘plan B’ para evitar una derrota segura en las presidenciales, pero el veterano exprimer ministro no dará un paso al frente al menos que Fillon se retire. Además, Sarkozy ha bloqueado desde el principio la posibilidad de ese recambio.

Desde este jueves proliferan las iniciativas para que Fillon recapacite. Una veintena de alcaldes han firmado un escrito recordándole al candidato que debe cumplir su promesa de retirarse si es imputado. Otros diputados recogen avales para promover la candidatura de Juppé.

Sin embargo Fillon sigue imperturbable. “Me atacan desde hace semanas con una violencia sin igual pero os digo una cosa: no tengo la intención de ceder”, ha lanzado ante sus simpatizantes en un mitin celebrado esta noche en Nimes. A las puertas de la sala, le recibieron con caceroladas.