Poca protesta frente a mucho recorte en Grecia
Javier Triana
Periodista
JAVIER TRIANA
Modesta concentración en el corazón de Atenas, en la Plaza de Sintagma, frente al Parlamento, para culminar la huelga general iniciada el viernes en Grecia. Dentro del edificio, los diputados griegos debaten este domingo nuevas y controvertidas medidas de austeridad que permitan al país heleno recibir un nuevo tramo del tercer programa de rescate por valor de 86.000 millones de euros aceptado por el Ejecutivo griego el pasado año.
Estas reformas difícilmente podrían ser más impopulares. Se trata de recortes en las pensiones y de aumentos en el IRPF, el IVA y otros impuestos indirectos. Su objetivo, ahorrar 1.800 millones de euros anuales e incrementar los ingresos estatales en el mismo importe. Para el mayor sindicato de Grecia, el GSEE, del sector privado, estas propuestas de reforma constituyen “el último clavo en el ataúd” para trabajadores y pensionistas, quienes llevan años soportando este tipo de recortes y cargas desde que en 2010 se firmara el primer rescate.
Según las cifras policiales, 15.000 personas se echaron a la calle entre la capital y la segunda ciudad del país, Tesalónica. Una cifra que dista mucho de los 40.000 que se manifestaron en febrero solo en Atenas. “La gente está cansada y decepcionada por el Gobierno izquierdista. Las protestas no han tenido la dimensión esperada”, lamentó María, una trabajadora del sector privado en la cincuentena, a la agencia de noticias AFP.
Los nuevos recortes colocan en situación de extrema vulnerabilidad a muchos griegos, algunos de los cuales se debaten entre pagar sus impuestos o llegar a fin de mes. Para el Ministerio de Finanzas, el objetivo de las cuestionables reformas propuestas es cumplir con los acreedores cuanto antes para poder volver a una situación de crecimiento sostenible. Un objetivo que todavía se le antoja bastante lejano al país.
Reunión del Eurogrupo
Aunque las señales que llegan desde Bruselas son a priori positivas: “Casi se han alcanzado los objetivos”, aseguró este domingo a la prensa alemana el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker. Las declaraciones llegan justo antes de que se reúna, este lunes y de manera extraordinaria, el Eurogrupo que, según Juncker, se centrará en cómo hacer que la deuda griega sea sostenible a largo plazo. “Es el momento de (realizar) la primera revisión al programa”, apuntó.
Sin embargo, un informe de la CE filtrado este sábado propone medidas de contingencia para los griegos en caso de que no se alcancen los objetivos del programa para final de 2018.
Mientras tanto, en Grecia, la huelga no ha concluido aún. Al menos, no para el sindicato de los empleados de la marina mercante, que ampliará el parón hasta el martes a las seis de la mañana (una hora menos en España), por lo que seguirán sin salir barcos hacia las islas desde la Grecia continental.
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