Philippe Martinez, el brazo de hierro del movimiento sindical en Francia

El secretario general de la CGT francesa aboga por la retirada total de la reforma laboral de Hollande

Philippe Martinez

Philippe Martinez / periodico

IRENE CASADO SÁNCHEZ / PARÍS

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Manifestaciones multitudinarias, bloqueos en refinerías, puertos y depósitos de carburantes, repetidas huelgas en los sectores de transporte y la amenaza de la paralización de las centrales nucleares son algunos de los elementos que componen el escenario político y social en Francia. Tras la puesta en marcha del anteproyecto de ley de reforma laboral, una constante de protestas y bloqueos protagonizan la actualidad gala. En mitad de este revuelo, un personaje esencial: Philippe Martínezsecretario general de la CGT desde febrero de 2015.

Martinez, discreto en sus inicios al frente del primer sindicato en Francia, ha pasado a convertirse en el caballo de batalla del Ejecutivo de François Hollande. Este sindicalista, de origen español, ha conseguido movilizar a sectores estratégicos, convirtiéndose en una figura de resistencia contra la 'ley El Khomri', el polémico paquete de reformas laborales bautizado con el nombre de la titular de la cartera de Trabajo.

Pero, ¿Quién es Philippe Martinez? y ¿cómo ha conseguido resucitar el espíritu de la CGT?

Nacido en 1961 en el seno de una familia de inmigrantes españoles, Martinez creció en Rueil-Malmaison, una comunidad residencial al oeste de la capital francesa. La tradición sindicalista la heredaría de sus padres, obrero y asistenta, ambos afiliados a la CGT.

En 1982, Martínez pasó a formar parte de la empresa francesa Renault, donde ocuparía un puesto como técnico de logística. Por “un cúmulo de circunstancias”, como él mismo evocó tras su elección a la cabeza de la CGT, Martínez se afilió dos años más tarde al sindicato que hoy lidera. Su compromiso político le llevó, en su juventud, a formar parte del Partido Comunista, donde militó hasta 2002, año en el que presentó su dimisión, convirtiéndose así en el primer secretario general de la CGT sin inscripción al Partido Comunista.

ESCÁNDALO EN EL SENO DE LA CGT

Los “cúmulos de circunstancias” han jugado a favor de Martinez. Y es que este emblemático personaje, conocido por su ruda mirada su espeso bigote negro, se convirtió en secretario general del primer sindicato de Francia casi por azar. A principios del año 2015, los escándalos se cernían y multiplicaban en torno a la CGT. La imagen de la organización sindical caía en picado. A finales de noviembre de 2014, la prensa se hizo eco de los extravagantes gastos de Thierry Lepaon, entonces a la cabeza del federación (100.000 euros destinados a renovar su apartamento de función, alquilado por el sindicato; 62.000 euros para acomodar su oficina… Y un largo etcétera). Lepaon no tuvo más remedio que renunciar a su cargo y Philippe Martinez, casi un completo desconocido en aquella época, pasó a liderar la CGT con más del 90% de los votos a su favor.

Descrito como un hombre de convicciones, gran conocedor del mundo empresarial y presente en el terreno durante las manifestaciones sindicales, Martinez ha apostado por una línea dura, alejada del diálogo social. En lo que concierne a la 'ley El Khomri', para la CGT solo existe una solución posible: la retirada total del proyecto de reforma laboral.

“Estamos decididos. Prometemos que si el Gobierno no retira su proyecto, si los trabajadores están de acuerdo, las movilizaciones continuarán y se ampliarán”. Con este firme discurso, repetido por el líder sindical de medio en medio durante las últimas semanas, Martinez promete no tirar la toalla frente a un Ejecutivo que lo ha acusado de “irresponsable” –en propias palabras del primer ministro, Manuel Valls-, tras su llamamiento a los bloqueos en sectores clave de la economía francesa.

Estratega y autoritario, el número uno de CGT amenaza a François Hollande con “una generalización de la huelga en todos los sectores”, si la 'ley El Khomri' sigue adelante.

Así, quien hace tan solo unos meses pasaba inadvertido, se ha convertido hoy en un líder capaz de ofrecer la oportunidad a su sindicato de recuperar su presencia y situarse en primera línea en el combate contra la polémica ley.

Martinez no solo ha conseguido poner entre las cuerdas al Gobierno de Hollande, sino que también ha logrado reavivar el movimiento sindical, sacando a las calles a sus más de 600.000 afiliados y conquistando el apoyo de una mayoría de la sociedad francesa. Su participación en los piquetes y manifestaciones son excelentes ejemplos de la determinación de Martinez: no dará su brazo a torcer ante un Gobierno empecinado en ignorar la crítica y el descontento social.