Policías corrompidos

La que durante años ha sido imposible reforma de la policía mexicana destaca como uno de los retos más importante planteados por el presidente, Enrique Peña, dentro del decálogo de buenas intenciones que presentó el jueves, al cumplirse dos meses de la matanza de Iguala, ejecutada por municipales, y la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. «Llevamos años debatiendo este cambio y hasta hoy hemos sido incapaces de ponerlo en práctica --reconoció Peña--. México no puede seguir esperando más».

Para confirmarlo, a 100 metros de un módulo de la policía de Chilapa, en ese torturado estado de Guerrero, aparecían los cuerpos decapitados y quemados de 11 jóvenes de entre 20 y 25 años. En torno, los 70 casquillos de las balas con que los acribillaron. Las cabezas, repartidas por los alrededores. La fiscalía dijo que llegó por una «denuncia anónima», pero las redes sociales registraron ya desde horas antes varios tiroteos en cuatro pueblos de la zona, en medio de un deambular de patrullas del Ejército, la policía municipal y la estatal.

Peña enviará el lunes al Congreso una iniciativa de reforma constitucional para crear las 'policías estatales únicas'. El cambio implica «pasar de más de 1.800 policías municipales débiles, que con facilidad pueden ser corrompidas por la delincuencia, a 32 sólidas corporaciones de seguridad estatal, que sean más confiables, más profesionales y más eficaces». Todo lo contrario de lo que son ahora la mayoría de los innumerables cuerpos policiales mexicanos.

EFICACES Y HONESTOS

Como señaló algún analista, los municipales se confirmaban como «tope máximo de responsabilidades operativas de la catástrofe nacional». Otros recordaron que hasta los cuerpos policiales mejor formados, y en EEUU, cayeron víctimas de los «cañonazos de dólares» de los narcos hasta convertirse en Los Zetas. El propio presidente remarcó que para «tener policías eficaces y honestos, el Estado debe ofrecerles un proyecto de vida y pagarles bien», por lo que «esta reforma implicará un enorme reto presupuestario».

Peña agradeció el respaldo de los gobernadores y, de antemano, «este gran esfuerzo por construir policías eficaces». Su iniciativa propone dar prioridad a los estados «con mayor urgencia de atención»: Guerrero, Jalisco, Michoacán y Tamaulipas. Esta y la mayoría de las reformas tienen que pasar aún por el Congreso y, como admitió el mandatario, «no son nuevas, pero nunca se han puesto en práctica».