CLAMOR SOCIAL EN MÉXICO

Peña Nieto admite el hastío de los mexicanos con la impunidad

El presidente condena la violencia tras las masivas manifestaciones

Manifestantes simulan estar atrapados bajo una gran red en la manifestación del jueves en México.

Manifestantes simulan estar atrapados bajo una gran red en la manifestación del jueves en México.

TONI CANO / MÉXICO

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El eco de las miles de voces que el jueves clamaron contra el presidente, Enrique Peña, al pedir de nuevo justicia por la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa resonaba ayer en todo México hasta penetrar los despachos del poder.

Como resaltaron varios analistas, la «pacífica y masiva movilización social», apenas empañada por provocadores e infiltrados, contrastó con las diatribas antiviolentas de Peña, quien, no obstante, reconoció: "Con razón y urgencia los mexicanos exigen que la ley se cumpla; la sociedad con razón está harta de sentirse vulnerable, está cansada de la impunidad y de la delincuencia".

Esas palabras, pronunciadas a última hora de ayer al inaugurar una reunión nacional de "procuración y administración de justicia", apenas paliaron los alegatos presidenciales ante los militares el jueves y anoche ante los juristas:

"No a la violencia. México, es cierto, está dolido, pero el único camino para aliviar este dolor es el de la paz y la justicia", dijo. En ambos discursos, el presidente remarcó el "Estado de Derecho" y el "imperio de la ley". Y ayer habló de "manifestaciones ciudadanas secuestradas por quienes actúan con violencia y vandalismo".

Con una unanimidad aquí extraña, todos los periódicos mexicanos dedicaron su portada a las manifestaciones. No obstante, varios medios destacaron también los enfrentamientos de grupos de embozados con la policía, por la mañana en torno al aeropuerto y de noche en el Zócalo, donde, una hora después de acabar el mitin, lanzaron cohetones e intentaron quemar de nuevo un portón de Palacio Nacional.

DISPERSAR A LOS ATACANTES

La policía de la capital ayudó a la federal a dispersar a los atacantes, y el secretario local de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez, dijo: "Estas personas tiran a matar". Seis personas sufrieron heridas en las refriegas y la policía detuvo a una treintena.

La televisión repetía las palabras de Enrique Peña: "Tenemos instituciones que son nuestra principal fortaleza para superar cualquier desafío. Atentar contra las instituciones, es atentar contra los mexicanos".

Mientras el presidente pedía "que la ley se cumpla, que prevalezca el orden", los enfrentamientos más burdos se dieron entre los diputados. La Cámara mexicana tuvo que suspender su sesión plenaria en medio de gritos de "¡asesinos!" y empujones para ocupar la tribuna con una pancarta contra Peña -'¡¡¡Renuncia Ya!!! Ayotzinapa Vive'—y otra mostrando los ligámenes de la izquierda con los acusados de la matanza de estudiantes de Iguala.