La peligrosa guerra comercial

Trump, en la portada de un diario de Pekín.

Trump, en la portada de un diario de Pekín.

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Las críticas a China en nombre del trabajador medio han integrado la liturgia electoral estadounidense de las últimas décadas. Bill Clinton ya anunció medidas severas y desde la Casa Blanca acabó apoyando el ingreso chino en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Hoy se debate hasta dónde llegará Trump contra el país que señaló como “el mayor ladrón de la Historia” y causante de todos los males de la economía nacional. Washington puede freír impunemente a México con aranceles pero a China le sobran medidas de respuesta.

Los prometidos aranceles del 45 % a los productos chinos recortarían las exportaciones a Estados Unidos un 87 % y el PIB chino en casi un 5 %. Sería trágico para Pekín, pero nada le impediría imponer a la mañana siguiente sus propias trabas. Lo advirtió recientemente el diario oficial 'Global Times': el lote de pedidos a Boeing será reemplazado por Airbus, las ventas de iPhones y otros gigantes electrónicos se desplomarán y se cerrarán las importaciones de soja y maíz, por hacer la lista corta.Una hipotética guerra comercial hundirá a buena parte de la industria estadounidense y Trump será recordado por su “imprudencia, incompetencia e ignorancia”, añadió el diario. No exagera: las inversiones estadounidenses en China se han triplicado en los últimos años y Pekín podría castigar a las compañías que confían en su mercado local para cuadrar cuentas. 

Acusaciones sin base

Trump ha mostrado un conocimiento económico gaseoso. Sus acusaciones a China de manipular su moneda carecen hoy de base, cuando Pekín se esfuerza en valorizarla, y pocos expertos creen que equilibrar la balanza comercial devuelva los empleos a Estados Unidos. Es más probable que las compañías muevan sus fábricas a otros países asiáticos. Un estudio de Instituto Peterson revelaba que una guerra comercial con China y México aumentaría el desempleo estadounidense del 4,9 % actual al 9 %.

Ese escenario inédito de conflicto comercial entre las dos grandes potencias en un mundo globalizado ha generado un vibrante debate sobre quién perdería más. Scott Kennedy, sinólogo del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (Washington), opina que ambos sufrirían pero la peor parte se la llevaría China. “Depende mucho más de Estados Unidos que viceversa. No es una razón suficiente para emprender la guerra comercial, es sólo un hecho matemático”, señala.