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Passos Coelho gana las elecciones en Portugal pero sin conseguir la mayoría absoluta

La victoria de la coalición conservadora es un duro golpe para los socialistas

ANTONIO ACEDO MORENO / LISBOA

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La coalición liderada por el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, obtuvo este domingo un triunfo holgado en las urnas frente a su principal rival, el socialista António Costa, lo que supone un espaldarazo a su gestión durante la pasada legislatura a pesar de los severos ajustes y recortes aplicados por su Gobierno. Pese a ello no ha conseguido la mayoría absoluta.

Con la práctica totalidad del del voto escrutado, los conservadores obtendrían más de un 37% de las papeletas, frente al 32% de los socialistas. Con estos resultados, el primer ministro puede jactarse de ganar las elecciones pese a haber aplicado los recortes exigidos por Europa, pero no alcanza la mayoría absoluta, que podría llegar a asumirla una posible coalición de partidos de izquierdas.

Pese a esa posibilidad, este resultado electoral supone un duro golpe para un Partido Socialista (PS) que hace sólo unos meses daba prácticamente por segura la victoria, confiado en que los votantes pasarían factura a la coalición de centroderecha por su actuación al frente de un Ejecutivo que tuvo la austeridad como marchamo.

El fracaso de António Costa -escogido como líder hace justo un año debido precisamente a su gancho electoral- puede incluso desencadenar una "caza de brujas" en el seno de la formación.

La ausencia de mayorías absolutas abriría un escenario incierto, que depende en última instancia del criterio del jefe del Estado, el también conservador Aníbal Cavaco Silva. Durante meses, el presidente portugués abogó por empoderar a un Ejecutivo «estable y duradero», lo que hizo especular con la posibilidad de un Gobierno de concentración del que formasen parte tanto el centroderecha como los socialistas. Sin embargo, a medida que se fue acercando la cita, la opción de dar posesión al vencedor de los comicios, aunque en minoría, ganó fuerza.

ABSTENCIÓN

 Para gobernar el país, Passos Coelho necesitará de la abstención del PS a la hora de poder aprobar leyes en el Parlamento, una situación que genera incertidumbre. No en vano, el último antecedente trae infaustos recuerdos a Portugal, el de la legislatura 2009-2011, que acabó con la dimisión del exprimer ministro socialista José Sócrates tras dos años en la cuerda floja y abocó al país al rescate financiero.

Las matemáticas también dicen que existiría una tercera hipótesis: una alianza entre el PS, los comunistas del PCP y los marxistas del Bloque de Izquierda, un tripartito a priori impensable.

Los primeros análisis del triunfo conservador apuntan a la incipiente recuperación económica como el principal motivo de su éxito en las urnas, ya que la legislatura comenzó con tres años consecutivos de recesión y una subida fulgurante del desempleo, pero acabó con una subida del PIB en 2014 y 2015 y con el paro en los mismos niveles que entonces (12 %).

En términos políticos, el Partido Socialista se vio perjudicado por el encarcelamiento de José Sócrates, que fue detenido -aunque todavía no se ha abierto juicio contra él- por sospechas de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales.