ACCIDENTE ATÓMICO EN JAPÓN

Pequeñas partículas radiactivas de Fukushima se extienden por el planeta

Científicos detectan rastros del accidente nuclear en Glasgow, las Azores y el este de Rusia

Una imagen en la que se aprecia el humo procedente del reactor 3 de la central nuclear de Fukushima, el más dañado tras el terremoto del pasado día 11.

Una imagen en la que se aprecia el humo procedente del reactor 3 de la central nuclear de Fukushima, el más dañado tras el terremoto del pasado día 11. / IK/YH

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Las consecuencias del accidente de la central nuclear de Fukushima se detectan en lugares alejados de Japón. Niveles bajos de yodo radiactivo han llegado a Glasgow (Escocia). La agencia escocesa de protección de medioambiente ha indicado que se han captado partículas que podrían proceder de la planta nuclear japonesa, dañada a consecuencia del terremoto del pasado 11 de marzo, aunque ha descartado que el hallazgo suponga un riesgo para la salud.

"La concentración de yodo detectada es extremadamente baja y no supone un motivo de preocupación para la población o el medioambiente", ha señalado el director del departamento de sustancias radiactivas de la Sepa, James Gemmill. Este responsable ha añadido que "el hecho de que una concentración de este radionucleido se haya detectado demuestra lo efectivo que es el programa de vigilancia de sustancias radiactivas en el Reino Unido".

No es el único caso. Un día antes, en las Azores también se habían detectado partículas radiactivas inusuales en la atmósfera, a unos 5.000 metros de altitud. En concreto se trata de particulas de Xenon 133. El investigador Félix Rodrigues opinó que los "vestigios mínimos" encontrados no causan peligro para la salud.

Las autoridades rusas también han localizado trazas de yodo radiactivo procedentes de la planta japonesa de Fukushima en la zona oriental de Rusia, en concreto en la región de Primorye, según ha informado este martes el director del servicio meteorológico regional, Boris Bulai.

Concentración radiactiva

El yodo-131 ha sido hallado en el aire, analizado desde el sábado, aunque Bulai ha querido llamar a la calma: "La concentración es más de 100 veces menor que los niveles límite, y no representa una amenaza para la salud de la población". Los niveles detectados varían entre los 7 y los 16 microroentgens a la hora, lo que entraría dentro de la horquilla considerada normal. Según las autoridades rusas, hasta 30 microroentgens por hora no existe el más mínimo peligro. Lo normal son dos microroentgens.

La capital de Primorye, Vladivostok, donde viven unas 600.000 personas, se encuentra unos 800 kilómetros al noroeste del complejo nuclear de Fukushima-1, pero los vientos dominantes en la zona tienden a desplazar la nube radiactiva hacia el oeste, hacia el océano Pacífico en dirección a EEUU, donde también han registrado partículas flotantes. Por este motivo, ya se han localizado trazas de yodo-131 también en zonas de Canadá, Islandia y EEUU.

Mientras tanto, en la central de Fukushima la situación parece estabilizada, "recuperándose lentamente" de los daños sufridos. Peter Lyons, de la Oficina de Energía Nuclear de EEUU, ha dicho ante la Comisión de Energía del Senado que, sin embargo, "durante este periodo es esencial que se refrigeren los reactores y las piscinas", algo que de momento no se ha conseguido del todo, según la información de la que dispone.

Revisión de las medidas de seguridad

La Oficina de Energía Nuclear va a realizar una revisión de las medidas de seguridad en las 104 centrales nucleares de EEUU como consecuencia del accidente nuclear de Japón, el más grave ocurrido en los últimos 25 años. Además, el Gobierno y los congresistas están estudiando cómo aumentar la producción de energía sin contribuir al calentamiento de la Tierra. El presidente Barack Obama presentará este miércoles un plan para "la seguridad energética de América".

Algunos senadores que han participado en la sesión de la Comisión de Energía han preguntad a Lyons, jefe de operaciones de la Oficina de Energía Nuclear, si realmente conviene hacer cambios ahora, después del desastre de Japón.  Bill Borchardt, de la Comisión Nuclear Reguladora, ha dicho que es demasiado pronto para sacar conclusiones, aunque ha añadido que la Oficina tomará inmediatamente las medidas que considere necesarias para mejorar la seguridad, en lugar de esperar hasta que se inicie el proceso en el que se vuelven a conceder licencias a las centrales