MEDIO AMBIENTE

El Parlamento alemán aprueba la técnica de captura y almacenamiento de CO2

La oposición ha rechazado esta iniciativa al considerarla peligrosa

EFE / Berlín

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ElParlamento alemán ha aprobado este juevesexperimentar hasta 2017 latecnología de captura yalmacenamiento dedióxido de carbono, que tiene como objetivo una mejorprotección del medio ambiente.

De ahora en adelante, losconsorcios energéticos podránalmacenar CO2 en lugares especificados para ello utilizando estacontrovertida técnica. La aprobación se produjo con 306 votos a favor y 266 en contra.

Durante la captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés), el CO2 es separado durante el proceso decombustión de carbono e inyectado enalmacenes subterráneos. La capacidad máxima de cada uno de estos dos o tres almacenes estará limitada a tres millones de toneladas de CO2 al año.

Oposición al emplazamiento

Mientras la oposición rechazó esta técnica aludiendo a supeligrosidad, losproveedores de energía y también algunos sectores delPartido Liberal alemán criticaron que laley incluya unacláusula de excepción, a la que se podrían acogerEstados federados comoSchleswig-Holstein yBaja Sajonia, en elnorte del país.

Precisamente el norte de Alemania ofrece muchos posibles lugares de almacenamiento, pero se enfrenta a una gran oposición a su emplazamiento, lo que podría limitar la aplicación de esta técnica aBrandeburgo. En eseEstado federado, la compañíaVattenfall tiene previsto construir hasta 2015 una planta de demostración de 250 megavatios en la localidad deJänschwalde.

Esperanzas en la lucha contra el cambio climático

ElGobierno alemán tiene puestas en la captura y almacenamiento decarbono sus esperanzas en la lucha contra elcambio climático y confía que también laindustria pueda reducir así sus emisiones de CO2. "No es una solución defuturo", denunció el diputado deLos Verdes Oliver Krischer durante el debate previo a lavotación.

El democristianoJens Koeppen criticó elalarmismo y afirmó que sin CCS elcalentamiento delplaneta no puede ser limitado a los dos grados previstos como máximo. "Es una tecnología de poco riesgo", aseguró. Por su parte, elsocialdemócrata Matthias Miersch señaló que no se ha tenido en cuenta el problema de la responsabilidad ni tampoco la posiblecontaminación delagua potable consustancias tóxicas.