ENCUENTRO HISTÓRICO EN LA HABANA

El Papa y el patriarca ruso claman por la protección de los cristianos en Oriente Próximo

IRENE SAVIO / LA HABANA (ENVIADA ESPECIAL)

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El viejo aeropuerto de La Habana ha sido escenario este viernes de una instantánea histórica, la del patriarca ortodoxo de Moscú y toda Rusia, Cirilo (Kirill) y el líder católico, el papa Francisco, que han mantenido su primer encuentro tras más de nueve siglos de hostilidad entre ambas Iglesias, separadas desde 1054. La cita entre los dos líderes de las principales confesiones cristianas ha durado unas dos horas y ha comenzado con una frase que sugería el fin de una época. “Finalmente”, ha dicho Francisco.

Tras el histórico encuentro, el Papa y el patriarca ortodoxo han unido sus voces para realizar un contundente llamamiento a la comunidad internacional para proteger a los cristianos de Oriente Próximo, en aparente referencia a la persecución y las atrocidades cometidas por el grupo terrorista Estado Islámico. "En muchos países de Oriente Próximo y del norte de África, familias enteras, pueblos y ciudades de nuestros hermanos y hermanas en Cristo están siendo completamente exterminados", han afirmado en una declaración conjunta. "Sus iglesias están siendo bárbaramente atacadas y saqueadas, sus objetos sagrados profanados, sus monumentos destruidos", han añadido. 

Con su cita, Francisco y Cirilo -quien desde la juventud ha tenido una alta estima por los jesuitas- han dado un impulso al proceso de reconciliación entre católicos y ortodoxos. Las fotos, los apretones de manos, enviaron también otro mensaje al mundo: el Vaticano de Francisco pretende cerrar las viejas rémoras que contribuyeron a dividir las dos confesiones y no participará en aislar internacionalmente a Moscú. Por el contrario, Jorge Mario Bergoglio ha demostrado ser un hábil jugador de 'realpolitik'. Tanto que Cuba fue elegida como lugar de encuentro por ser católica y prorrusa.

EL MOMENTO JUSTO

Las versiones difieren sobre quién de los dos quiso primero el encuentro, pero coinciden en que ambos líderes estaban de acuerdo y buscaban el momento. La razón es que el objetivo era trascendental: frenar la persecución de los cristianos en Oriente Próximo, lo que ahora abre la posibilidad de que Moscú se perfile como protector de esas minorías en la zona, papel que durante años ejerció Francia. Y este sería solo el comienzo en la nueva relación.

El encuentro, con Raúl Castro de testigo, dio visibilidad a ese vuelco que supone también un éxito para el presidente ruso, Vladímir Putin, con quien Francisco se encontró en dos ocasiones desde que es Papa. En esta línea, la actitud de Francisco hacia los bélicos greco-católicos, con los cuales los ortodoxos rusos mantienen diversas disputas, fue la opuesta. Desde el comienzo del conflicto ucraniano (2014), el pontífice argentino ha sido bastante distante y frío.

SERENO Y DE BUEN HUMOR

Pese a que se trata de una de las giras más complejas de su pontificado, el Papa se mostró sereno y de buen humor cuando, durante el vuelo, pasó a saludar a los periodistas. Apareció en la parte trasera del avión AZ4000 de Alitalia, mientras estaba comenzando a sobrevolar España. Bromeó e ironizó con los periodistas. Y no perdió la ocasión para meter más carne al fuego. “Si se asienta el proceso de paz en Colombia, seguro que viajaré en el 2017”, dijo.

Eso sí, para lograr el milagro, el primer papa jesuita de la historia y el patriarca ruso aceptaron dejar de lado los aspectos que más controversia generan, más aún que en junio en Chipre los ortodoxos celebrarán una reunión con la que planean ponerse al día, tal como hicieron los católicos con el Concilio Vaticano II.