El Papa clama contra la violencia en nombre de Dios en la Sinagoga de Roma

El acto ha tenido lugar semanas después de que el Vaticano haya reconocido a Palestina como Estado

El papa Francisco, sentado a la izquierda de la imagen, durante su visita a la Gran Sinagoga de Roma

El papa Francisco, sentado a la izquierda de la imagen, durante su visita a la Gran Sinagoga de Roma / periodico

IRENE SAVIO / ROMA

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En su primera visita a la Gran Sinagoga de Roma, el papa Francisco ha hecho este domingo un discurso conciliador muy medido, con el que ha reflejado su voluntad de paz y diálogo, aunque no ha dejado de reflejar ciertas diferencias y  algunas heridas abiertas. En este contexto, Francisco ha pedido no olvidar que “cualquier religión” -y en particular el islam, el judaísmo y el cristianismo- es incompatible con la violencia.

“La violencia del hombre sobre el hombre está en contradicción con cualquier religión digna de ese nombre, en particular con las tres religiones monoteístas”, ha afirmado Francisco, en la que ha sido la tercera visita de un Papa a ese templo tras las de Juan Pablo II (1986) y de Benedicto XVI (2010).

El Pontífice ha recordado también que, a pesar de que este 2016 se cumplen 50 años de la declaración 'Nostra Aetate' —que supuso un giro en la reconciliación entre cristianos y judíos— aún existen diferencias teológicas que tienen que ser resueltas. Algo que, sin embargo, no pone en entredicho “el inescindible nexo” que une a las dos religiones, ha opinado Francisco, en un acto en el que también han participado funcionarios del Gobierno israelí.  

TELÓN DE FONDO

El acto ha tenido como telón de fondo el conflicto israelí-palestino y los recientes atentados llevados a cabo por yihadistas. “Esta comunidad, como todas las comunidades judías del mundo, tiene una relación de identidad con Israel”, afirmó tajante Ruth Dureghello, presidente de los judíos romanos.

“Cristianos y judíos están obligados a defenderse de despiadados enemigos”, ha dicho Renzo Grattegna, jefe de la Unión de Comunidades Judías de Italia. El problema es que “la paz no se consigue a través de actos de terror (…) excavando túneles o lanzando misiles”, ha continuado Dureghello, en clara referencia a Gaza.

En el origen de esta fricción se encuentra también un hecho reciente: el reconocimiento por parte del Vaticano de Palestina como un Estado. Algo que, a principios de mes, provocó un gran malestar en las autoridades de Israel para quienes esta decisión ha ocasionado “daños a las perspectivas de un progreso” en las atrofiadas negociaciones de paz.