El Papa aboga en Turquía por el fin del fanatismo religioso

El papa Francisco I instó este viernes en Ankara al diálogo intercultural y a promover “la solidaridad de todos los creyentes” para luchar contra el “fanatismo y el fundamentalismo” religioso en Oriente Próximo, pues consideró que la intervención bélica de la coalición internacional que lidera Estados Unidos no basta para contrarrestar la amenaza que supone el Estado Islámico (EI) ni para llevar la paz a la zona.

“No podemos confiar la resolución del problema a la mera respuesta militar”, dijo en una comparecencia junto al presidente turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, con el que se reunió durante la primera jornada de su visita de tres días a Turquía, uno de cuyos objetivos es explorar soluciones a los conflictos en la región.

«Oriente Próximo es teatro de guerras fraticidas desde hace demasiados años, que parecen nacer una de la otra, como si la única respuesta posible a la guerra y la violencia debiera ser siempre otra guerra», afirmó el Pontífice, aunque inmediatamente reiteró que «es lícito detener al agresor injusto, respetando siempre el derecho internacional» pues «no se puede permanecer en la indiferencia» ante las acciones del EI.

La solución a los conflictos de Oriente Próximo pasa, según Francisco, por «el diálogo interreligioso e intercultural» para «apartar toda forma de fundamentalismo y de terrorismo» que «instrumentaliza la religión». En este punto coincidió con Erdogan, que habló de «desarrollar de nuevo» la Alianza de Civilizaciones, iniciativa puesta en marcha por el mandatario turco y el expresidente del Gobierno español José Luís Rodríguez Zapatero y que en los últimos años ha caído en el olvido.

«DOBLE RASERO»

Erdogan aprovechó la comparecencia para denunciar el «doble rasero» de la comunidad internacional que «habla del Estado Islámico» pero, según dijo, no critica las «matanzas» del régimen sirio y «no presta atención a la violencia en Gaza, los ataques a la Mezquita de la Roca en Jerusalén o el terror del PKK», un grupo armado kurdo-turco que, precisamente ahora, lucha contra el EI en Siria e Irak.

Según el presidente turco, es esta actitud y «el racismo, la islamofobia y la discriminación» que se «expanden en Occidente» lo que deja a «gente desesperada» expuesta a la «manipulación» de grupos como el Estado Islámico, Al Qaeda o Boko Haram.

El Papa agradeció lo «generosamente» que Turquía ha acogido a los refugiados procedentes de Siria e Irak, que los cálculos oficiales estiman en más de 1,6 millones. El Gobierno turco asegura haber gastado en los últimos tres años unos 4.500 millones de dólares en asistir a los refugiados y ofrecerles servicios de educación y sanidad, por lo que en los últimos meses ha comenzado a quejarse de la falta de apoyo de otros países. «La comunidad internacional tiene la obligación moral de ayudar [a Turquía] en la atención a los refugiados», instó Francisco.

CRÍTICAS VELADAS

Pese a la sintonía en la mayoría de temas tratados, ambos jefes de Estado intercambiaron algunas críticas veladas. Erdogan, gran defensor de los Hermanos Musulmanes, se refirió a la hipocresía de la comunidad internacional respecto al golpe de Estado en Egipto que derrocó al islamista Mohamed Mursi, algo que los medios locales interpretan como una reprobación de la reciente audiencia otorgada por el Papa al presidente egipcio, el general golpista Abdelfatá al Sisi.

Por su parte, Francisco subrayó que es «fundamental que los ciudadanos musulmanes, judíos y cristianos gocen --tanto en las disposiciones de la ley como en su aplicación efectiva-- de los mismos derechos», una referencia al descontento de las minorías religiosas por el tratamiento que reciben en Turquía.

EL MAUSOLEO DE ATATÜRK

Además de reunirse con las autoridades políticas y religiosas en Ankara, la capital turca, el Papa realizó la visita de rigor al mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk --padre de la Turquía republicana y laica--, frente a cuya tumba rezó brevemente.

Este sábado, el Pontífice llegará a Estambul donde visitará Santa Sofía y la Mezquita Azul y se entrevistará con representantes de la Iglesia ortodoxa como parte del diálogo ecuménico entre estas dos ramas del cristianismo cuyo camino se apartó en el Gran Cisma de Oriente y Occidente hace casi 1.000 años.